miércoles, 11 de julio de 2012

EL PLAN DE LEGALIZAR LAS DROGAS Y SUS PROPÓSITOS


EL PLAN DE LEGALIZAR LAS DROGAS Y SUS PROPÓSITOS

El periódico El País, de Uruguay, señala que el presidente José Mujica dijo en la localidad de Soriano que "si el 60 % de la población no entiende la iniciativa (para legalizar la venta de marihuana) nos vamos a ir al mazo, (vamos a abandonar el proyecto), porque esto es una batalla de la nación entera, que nada tiene que ver con colorados, blancos o frenteamplistas".
¿Quién puede estar detrás de este propósito? En mi modesta opinión, los poderes tras el plan exceden y sobrepasan al presidente Mujica.
Son las grandes corporaciones las interesadas.
¿De dónde saco esa idea? Aprendí que todo fenómeno que persiste lo hace cuando cuenta con una fuente que suple la energía, los recursos. Si no, se extingue.
La campaña internacional para legalizar las drogas tiene años desarrollándose.
Cuenta con voceros mediáticos destacados: expresidentes como Vicente Fox (México), que propone legalizar todas las drogas, sin excepción; Fernando Henríquez Cardoso (Brasil), César Gaviria (Colombia), Ernesto Zedillo (México); corchos renombrados como Kofi Annan, exsecretario general de la ONU, Louise Arbour, ex alta comisaria para los derechos humanos de la ONU, Javier Solana, exfuncionario de la Unión Europea y Paul Volcker, expresidente de la Reserva Federal.
Sume a empresarios exitosos como Richard Branson, de Virgin Group. Sume ahora a estrellas de la farándula como Juanes, Salma Hayek y Oliver Stone, a escritores que son vedettes mediáticas como Mario Vargas Llosa.
Ahora añada a presidentes en ejercicio, como José Mujica de Uruguay, Juan Manuel Santos, de Colombia y Otto Pérez Molina, de Guatemala.
Y respalde eso con formidables marchas, que desde 1999, en el primer domingo de mayo salta a las calles de las principales ciudades, y que este año movilizó partidarios que fumaban el alcaloide en 420 ciudades de 71 países, mientras  clamaban porque se despenalice la marihuana, mascarón de proa para la legalización de todas las drogas, porque ¿Por qué una y no otras?
La campaña mediática es fuerte. Y sabemos los costos implicados en movilizar en decenas de países y ciudades multitudes. Alguien cubre todo. Alguien paga a los intelectuales que opinan, a los expresidentes que propugnan, a los infaltables corchos de organismos internacionales que endosan y promueven.
Entonces leí Time, el magazine del poderoso consorcio Time-Warner, el más poderoso del mundo.
Allí, como lo hace Vargas Llosa en un artículo  en que pone su pluma a favor de la corriente, se presenta casi en dimensión de titán capaz de la mayor de las proezas a José Mujica, por su decisión de colocar la legalización de la marihuana como “una batalla de la nación entera”, la batalla del Uruguay.
La ironía es que Mujica le está haciendo el trabajo sucio a las corporaciones multinacionales que son las verdaderas interesadas en que la medida se adopte.
Hay una compleja maraña de tratados y convenios internacionales, como la convención de Viena, que obstaculizan el propósito. De ahí que se monte todo un tinglado mediático de presión para que sea el clamor popular, las masas, las que justifiquen una medida que enriquecerá más allá de toda previsión a los grandes pulpos.
Con Mujica, al que Vargas Llosa elogia impúdicamente, se logró algo bueno, neutralizar los escrúpulos de cierta izquierda romántica. De hecho, ¿no es sorprendentemente la coincidencia de que, paralelo a la campaña pro legalización de Mujica se promueva a éste, Mujica, como ejemplo de presidente sobrio, desprendido, de hábitos modestos y sin ambición alguna ni pretensiones mayores?
Hace tiempo que sé que a mí me llega lo que a otros, los que tienen el control de la información y la manipulan en su beneficio, les interesa que me llegue. Uno sabe lo que otros quieren que uno sepa, porque quien controla la información, controla la mente, las percepciones y las decisiones ajenas.
Nos construyen marcos de referencia interesados.
La manera de razonar de Mujica no deja de impresionarme por lo simplista. Escogieron a alguien idóneo. Piensa poco el amigo Mujica.
Un ejemplo de lo que afirmo es este: según Mujica "Los que tienen la necesidad (de consumir) y no la pueden reprimir, están esclavizados en ese mercado ilegal. Y pagan las consecuencias, porque tienen que pagar una tasa de ganancia horrible y a veces se inclinan por el camino del delito porque no tienen dinero y a su vez se transforman en traficantes porque no tienen medios económicos para atender el vicio. Es infernal lo que desata esto".
Hay preguntas que se caen de la mata. El hecho de que legalice la marihuana ¿hará que los tecatos “dejen de estar esclavizados”? ¿En qué medida el hecho de que el mercado pase de ilegal a legal les hará menos esclavos?
El hecho de que  el precio ahora sea menor y haga la droga más asequible ¿en qué les beneficia? ¿No significa acaso que la consumirán en mayor  intensidad?
¿Podría el señor Mujica explicar también cómo la legalización podría evitar que los tecatos se inclinen “por el camino del delito porque no tienen dinero”, pues el hecho de que la marihuana sea legal no significa que ellos tengan dinero para adquirirla?
El pasado 27 de junio, se publicó en Uruguay una encuesta realizada por la consultora Interconsult. Allí aparecía que el 60% de los uruguayos es contrario a la legalización de la marihuana; apenas un 36% está a favor.
Más interesante todavía, la Sociedad Uruguaya de Psiquiatría y la Sociedad de Psiquiatría del Uruguay no sólo se oponen a la medida, también informan que no fueron consultadas.
Indican que esa medida es desaconsejable y cuestionan que el Estado envíe señales que confundan a la ciudadanía sobre sus efectos, que pueden llegar a ser "nocivos para la salud pública".
Ellos, que son médicos y especialistas del cerebro y la conducta, destacan que "La intoxicación aguda (efecto buscado por los consumidores debido a la sensación de bienestar, euforia y distorsión de la percepción) produce alteraciones a nivel del estado del ánimo, la atención, la concentración, la memoria, la ubicación en el tiempo y la coordinación motora que persiste entre 8 a 12 horas", lo que puede provocar  un incremento de riesgo de accidentes de tránsito y otros siniestros.
Pero no se limitan ahí los efectos nocivos.
“Cuando el consumo es frecuente, intenso y crónico, advierten, puede generar un "síndrome amotivacional con apatía, desinterés, indiferencia, disfunción de las capacidades cognitivas (atención, memoria, procesamiento de la información, razonamiento), afectación de reflejos, actividad motora y coordinación.
Esto incluye alteraciones emocionales, cansancio y aumento de peso. Se deterioran las actividades interpersonales, sociales, el desempeño escolar, laboral, atlético, etc.
La marihuana también puede inducir episodios psicóticos agudos: experiencias e ideas delirantes, alucinaciones. Además es un factor de riesgo para la esquizofrenia.”
Más todavía: “El consumo puede inducir la aparición de trastornos del estado del ánimo e incidir sobre su frecuencia e intensidad y si bien los estudios no son concluyentes, acentuar el riesgo de autoeliminación. La marihuana puede desencadenar crisis de pánico, y en los dependientes la prevalencia de trastornos de ansiedad es elevada, advierten los especialistas.”
Eso dicen los especialistas, los que tienen que tratar a los marihuanófilos.
Pero, admito, nada de esto importa.
Que un consorcio tan poderoso como Time-Warner santifique esa medida indica claro que ese mercado de los que Mujica llama “esclavizados”, y que supera los 224 millones mal contados, y que representa billones de dólares de beneficio, es demasiado apetecible como para perderlo por escrúpulos que un buen fajo de billetes de seguro morigera.
Ya el mercado existe. La crisis financiera internacional no da señales de ceder. ¿Por qué no se aprovecha ahora y se les encandila a los jefes de Estado, a la clase política, a los legisladores ávidos de recursos, con el maná de billones de dólares a los que se les podrá imponer gravámenes y que ser la nueva panacea para remontar la crisis?
Y las corporaciones ir a llenarse los bolsillos con todos esos millones que hoy se mueven en esa economía subterránea de las drogas.
Admito, entonces, que mi causa es una causa perdida. La decisión está tomada.
No se montan marchas simultáneas en 420 ciudades en 71 países durante más de una década de gratis.
Esos políticos figurones, los expresidentes, esos corchos burocráticos de organismos internacionales en receso, esos faranduleros y esas vedettes de la intelectualidad que cantan a coro la misma partitura no suelen hacerlo de gratis. Como el venal Arturo Logroño le recordó a Trujillo: “Para que el canario cante hay que alimentarlo con alpiste”.
Es obvio quiénes tienen alpiste para montar esa campaña de relaciones públicas tan formidable por más de una década.
Mujica muge, Santos santifica y Molina muele sus argumentos. Hasta se ha sugerido a Obama que si legaliza la marihuana se reelige sin mayor dificultad.
Sólo el pobre Richard Nixon paga la cuaba: a él se le endilga el haber cometido el error de declararle una guerra a las drogas.
Siempre me da risa leer eso.
Pero se necesita un villano y él es ideal: total, ya se murió y tiene Watergate  como una losa. ¿Una losa adicional que mal podría hacerle?
Y en Mujica, el presidente pobre de solemnidad, que apenas cuenta con un Volkswagen antiquísimo y una perrita viralatas, tenemos un Chapulín Colorado a conveniencia. Tan bueno que, pese a ser un extupamaro, Vargas Llosa lo presenta con estatura de libertador de los tecatos del mundo.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. re : "¿Podría el señor Mujica explicar también cómo la legalización podría evitar que los tecatos se inclinen “por el camino del delito porque no tienen dinero”, pues el hecho de que la marihuana sea legal no significa que ellos tengan dinero para adquirirla?"

    Creo que la idea no es solo legalizarla, sino tambien descomercializarla.

    Sembrar y crecer matas de cannabis es muy sencillo, y cualquier persona que quiera consumirla solo tendría que sembrar varias maticas para fumárselas cuando le plazca.

    Parece que usted, amigo Julián, no aprendió la lección de la Prohibición del alcohol, que solo generó fortunas inmensas para Al Capone y sus secuaces.

    El status quo que usted defiende tan apasionadamente solo sirve para generar riquwzas ilícitas, igual que lo hizo el alcohol en su tiempo.

    Hablando del alcohol, ¿ sabía usted que su consumo genera mas violencia y muerte mundialmente que ninguna otra causa ? Con el cannabis, en cambio, la violencia no sería problema...si su uso, siembra y consumo es legalizado. De esa manera, asestaríamos un golpe al narcotráfico, pues se quedaría sin mercado.

    Tendríamos una sociedad mas pacífica.

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