jueves, 12 de julio de 2012

¿CUÁL ES LA MARCA, LA CASCADA O LA CACADA?


NO LEÍ BIEN LA MARCA. ¿ES LA CASCADA O LA CACADA?
Así se trafica con la salud y la credulidad de nuestros desprevenidos consumidores.
Y eso, que se pasa por alto un maco peor: las dioxinas que suelta el plástico en el agua cuando se calienta, y que es un cangerígeno.
El negocio del agua ha impulsado a la formación de decenas de proveedores sin ningún tipo de control de calidad.
El agua de ósmosis, para empezar, carece de oligoelementos importantes, de minerales. Es un agua inerte.
Añada entonces que es un agua ácida, de PH 5.5 ó 6, que induce a la acidificación de la sangre y los órganos.
La acidificación está en el origen de múltiples patologías, entre ellas la inflamación o síndrome X, el cáncer, la osteoporosis (porque fuerza al organismo a extraer calcio y otros minerales de los huesos para restablecer la homestasis), entre otras.
El cuerpo debe mantener un PH ligeramente alcalino. El agua natural es de PH 7.5, neutro, pero el agua de ósmosis, al perder sus minerales se vuelve ácida.
Luego está el trasiego o manejo que se hace en condiciones de escasa higiene.
Y no hablemos de esos camioncitos que venden "agua purificada" a granel.
Durante años, técnicos de la CAASD intentaron alertarnos, hasta que el poderoso caballero, Don Dinero, impuso el silencio.
De hecho, hay toda una industria que depende de que enfermemos, que no les interesa que se cuide la salud y se prevengan enfermedades.
Y dueños de plantas "purificadoras" así como de la industria de la enfermedad, que no de la salud, sobornan y aportan para las campañas políticas.
¿Qué importan los ciudadanos?
Ese "maco" es el menos dañino de todos los "macos" que hay en ese negocio del agua.
Pero por lo menos permite que nos demos cuenta de a qué estamos expuesto, en algún grado.

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