viernes, 13 de julio de 2012

¿QUÉ ES UN E-BOOK?


¿EL E-BOOK ES UN LIBRO O UN SERVICIO?

Por Aquiles Julian

Un artículo en El País, España, me informa que para las autoridades españolas el e-book, el libro electrónico o digital, no es un libro en stricto sensu sino "un servicio". Y eso conlleva una penalización mediante impuesto, de un 4%
¿Es el e-book un libro o es un servicio?
Tendríamos que empezar por discernir que es un libro.
Y diferenciar un libro de su soporte.
El principal obstáculo estriba en identificar el libro con su soporte.
Un libro es un formato en que la información se presenta. Ese formato, según la convención aceptada, debe poseer cierta extensión.
Así, un formato inferior a las 49 páginas se le llama folleto. Y una menor a cinco páginas brochure o panfleto. El libro debe exceder las 49 páginas para ostentar esa categoría.
Si bien la palabra libro deriva del latin liber o libri: "membrana", "corteza de árbol", el concepto de libro no se identifica con el soporte impreso, material, en papel, como el concepto de "caballero" ya excede a su proveniencia medieval de noble que se desplazaba a caballo.
El libro es un formato de presentar una determinada información. Supone unidad, coherencia, pertinencia en sus textos, sentido propio y orden. No es un simple amontonamiento de palabras. No basta el exceder las 49 páginas, también hay un concepto orgánico, estructural, que hace de esas páginas un libro.
El soporte, por otro lado, es el medio material por el cual el libro nos llega. El que conocemos hoy es el impreso, con sus encuadernaciones, lomo, páginas.
Pero cada vez más vemos que se popularizan los libros digitales, cuyos soportes son electrónicos. ¿Les hace el soporte ser menos libros?
¿Por qué el e-book no es un libro sino un "servicio"?
Los libros mismos nos llegan gracias al servicio que brindan las editoriales y las librerías.
Siempre en un libro habrá un componente de servicio, pero ese componente no desnaturaliza la condición de libro del objeto en sí (aunque sea un objeto virtual o digital).
El libro digital es tan libro como el impreso. Simplemente su soporte es distinto, pero la información, que es lo que define a un libro como tal, junto a su extensión, puede ser la misma.
En un caso se medirá en número de páginas. Y en otro en números de kilobytes.
Penalizar el libro digital, como hacen las autoridades españolas, es sabotear un invaluable recurso de extensión y difusión de la lectura, la formación y la cultura.
y si la industria editorial tradicional está tras la absurda medida, peor todavía.
La tendencia es irreversible.

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