domingo, 24 de junio de 2012

HABRÁ EN CHINA UN CHEN CAO PARA EL CASO DE BO XILAI


HABRÁ EN CHINA UN CHEN CAO PARA EL CASO DE BO XILAI
Las luchas intestinas en el PCCh arrecian. El último en caer es Bo Xilai, a quien han destituido de sus altos cargos y hundido políticamente.
El Partido Comunista Chino es un partido elefantiásico, un dinosaurio que maneja al país más poblado del mundo y la que se presume será la mayor economía mundial.
Aquel partido único, pasó de la fraseología extremista de Mao Zedong y sus improvisaciones fallidas, con los millones de muertos provocadas por aquellas iniciativas carentes de sentido, como El Gran Salto Adelante o la Revolución Cultural, al pragmatismo que le imprimió Den Xiaoping, quien no tuvo empacho en decir que "hacerse rico es glorioso" y lanzó iniciativas para sacar a China de la postración económica provocadas por los desaciertos maoístas, el PCCh ha ido convirtiéndose en una gran corporación económica, política y militar, y las ambiciones se destapan.
Tal vez la visión más aguda, multilateral y emocionante de los dilemas en que se debate esa sociedad y aquel partido se dé en las novelas de Qiu Xiaolong que hemos compartido en Muestrario de Literatura.
Qiu tiene un personaje, el inspector jefe Chen Cao, que tiene que descubrir crímenes complejos en que participan o que salpican a altos cargos políticos y el inspector tiene que moverse con suficiente destreza para no ser víctima de su propia eficiencia.
La corrupción perseguible es la pequeña, la de los rateros.
Nunca la alta.
Habrá que lograr que un inspector jefe Chen emerja en China. El asunto es que todos están implicados en la cogioca. Son mafias internas que pulsean por controlar ese aparato de dominio y lucro que es el PCCh.
Bo Xilai, como Trotsky en su tiempo, simplemente perdió la partida de adversarios más astutos e implacables.
No por ello era menos bandido ni menos culpable.
Ni más ni menos.

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