El cheguevarismo de rascacielos se desmadra y muestra su criminalidad.
El terrorista (¿se le puede llamar de otra manera?) que firma con el NIC de Tito en www.atanay.com hace afirmaciones que no pueden ser tomadas a la ligera. Sobre todo, cuando se sabe que un joven dominicano fue detenido cuando se iba a entrenar con Al Qaeda para matar a norteamericanos. ¿Y de dónde partía aquel infeliz desquiciado? ¡De Nueva York, la ciudad en que medra el tal Tito, un espécimen que odia a nuestros humildes policías y soldados y considera que está bien asesinarlos, que insulta y vomita su odio visceral! ¿Aspirará a protagonizar un nuevo 11 de Septiembre?
TITO Ciudad: NEW YORK |
DESDE CUANDO MATAR A UN POLICIA O A UN MILITAR ES UN CRIMEN? POR FAVOR ESO ES JUSTICIA..........A QUIEN LE IMPORTA QUE A UN DESGRACIADO MILICO SE LO LLEVE EL DIABLO?????? LOS MILITARES DOMINICANOS TIENEN UNA DEUDA PENDIENTE CON EL PUEBLO DESDE LOS TIEMPOS DE TRUJILLO Y LOS 12 ANOS NEFASTOS DEL MUNEQUITO DE PAPEL....QUE RESULTO SER DE PAPEL DE LIJA.......... BALAGUER.....QUE LE FALTA A BALAGUER UNOS BLUMERS Y UN BRASSIERE....SE ACUERDAN??????? A QUE GENTE DECENTE MATO LA IZQUIERDA EN LA REP. DOMINICANA??? NOMBRES.....QUIERO NOMBRES........ Y BAILON.........QUE TE PARECE LO QUE TE ESCRIBI AYER?????SABES POR QUE NO CONTESTAS PORQUE TE DI EN EL PELAO......... AHORA TE LA QUIERES DAR DE INTERESANTE.............ESO DEMUESTRA QUE LO QUE TE DIJE ES VERDAD............. A TI NO TE QUISIERON CUANDO NINO............NO CONOCES EL AMOR VERDADERO...........POR ESO HAS ASUMIDO ESA POSTURA........... QUE LASTIMA........POBRECITO INFELIZ.....DESGRACIADO.......... |
Aquiles Julián Ciudad: Santo Domingo, Rep. Dominicana |
Por lo visto, el cheguevarismo de corn flakes que semeja una fiebre de sábado por la noche crónica se desmadra fácil. Hacen aseveraciones que apenan, más que indignar. Un policía o un soldado dominicano es un infeliz, proveniente de los estratos más bajos de la población: campesinos o personas pertenecientes al nivel social más humilde que ven el engancharse como un medio de ascenso social. Son, en su mejor expresión, parte de esa amplia mayoría a la que llamamos el pueblo dominicano. Ningún policía o soldado tiene responsabilidad o culpa de desafueros, abusos o crímenes cometidos por la institución en que se reclutó en el pasado. Al igual que ningún hijo tiene culpa o responsabilidad del crimen cometido por su padre. Esa mentalidad criminal, aunque sea de boca, promueve el asesinato aleve y el terrorismo. Y desenmascara a quien la sostiene. Pero, ¿donde reside el guerrillero insurrecto? ¡En los Estados Unidos! Se ha alzado en un foco en Brooklin o en el Bronx, ha montado su foco en lo alto de los rascacielos de Manhattan, se come la marifinga, cobra en dólares y sueña con protagonizar un segundo 11 de septiembre y "llenarse de gloria". Odia a muerte al país que lo acogió. Detesta a quienes lo alimentan. Es un malagradecido de tomo y lomo y un criminal en ciernes. Proclamar que hay que asesinar a un humilde policía dominicano o a un igual de humilde soldado dominicano, que se engancharon por hambre y ganan salarios de hambre, en condiciones precarias y predominantemente inhumanas, mientras se disfrutan las condiciones privilegiadas de la sociedad norteamericana, sobre la que se vomita por igual el odio inclemente, es un acto irracional que revela una grave patología. Se habla de lo que se es. Este resentimiento tan acusado, esta criminalidad que se exhibe y se proclama, este odio visceral que carcome a estas personas que, escondidas tras seudónimos y nics se dedican a descargar la frustración y la perversión mental y moral que en se refocilan, es lo que genera casos como los del estudiante dominicano que se iba a entrenar con Al Qaeda para asesinar norteamericanos. ¿Y de dónde partía aquel infeliz compatriota? ¡De los Estados Unidos! Individuos como los que firman con los nics de Manko, Tito, José Sánchez, son expresión del resentimiento, la frustración, los más bajos instintos y las peores pasiones en que un ser humano puede incurrir. Misericordia tenga Dios por el extravío de sus almas. Piedad y comprensión tengamos por la miseria moral de tales personas. |
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