domingo, 5 de septiembre de 2010

¿POR QUÉ PICA TANTO LA VERDAD?


Encubrir la sinrazón con insultos

(Una nota publicada por mí a al artículo sobre Miguel D. Mena en www.atanay.com )

¿Pueden los insultos sustituir los datos? Es lastimoso ver cómo chillan desesperados quienes sienten que les han remeneado los altares. La primera condición es hurgar en los hechos. Cada juicio está fundado en hechos incontrovertibles. No es desde la ignorancia supina o de las pasiones ciegas desde donde se puede contradecir una opinión. Recomiendo que vayan de una vez por todas a revisar los libros de historia, los testimonios, los documentos y luego opinen. Claro, hay individuos que escriben con varios alias, se congratulan a sí mismos. Bien, si eso los hace felices... El listado de infelices agentes de la policía, soldados, billeteros, canjeadores de cheques, empleados y simples ciudadanos victimados que incluí, y que sólo es un listado parcial y limitado ¿no merecían vivir? Lo que muchos comentarios reflejan es la distorsión malsana a que buena parte de la población fue sometida por la clase media radical dominicana, al infiltrar el aparato educativo (dominan la Asociación Dominicana de Profesores y la UASD, además de que son parte del cuerpo docente de muchos colegios y universidades, así como empleados de la Secretaría de Educación), el cultural, las iglesias, los periódicos, las emisoras y televisoras, las asociaciones, clubes, grupos de opinión, etc., e imponer desde aquellos ejes de formación de opinión pública una interpretación fraudulenta de la realidad. Y la pereza mental para no investigar, no documentar, no verificar si lo que se nos enseñó es válido (no tenemos estudiantes, sino oyentes; no se nos enseña a contrastar fuentes ni a formarnos una opinión propia, sino a repetir a conveniencia la opinión del profesor, verdadero tirano en muchas escuelas y universidades, donde da salida a sus tendencias autoritarias reprimidas), ha terminado por embrutecernos. ¿No son obvias las insuficiencias y limitaciones de algunas personas para sostener un debate civilizado y respetuoso? Pido excusas a los lectores que merecen un lenguaje de mayor calidad y términos verdaderamente bien utilizados. Aceptemos que es un reflejo de la pobreza de la educación del país: ni saben pensar, ni saben discrepar, ni saben respetar. En todo caso, sigamos aportando a una revisión crítica de la historia que se nos ha estafado. Y nótese que ninguna persona de renombre ha intentado contradecir los datos que se han expuesto. Sólo el lenguaje podrido de personajillos sin relevancia que se escudan en seudónimos intentan distraer la atención del problema real: que se nos ha engañado y se nos han vendido falsos héroes. ¡Anímense, saquen datos, prueben algo! Y aprendan que el insulto ensucia a quien lo profiere, no a quien va dirigido. Bendiciones para todos.

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