domingo, 19 de septiembre de 2010

NO ES LEER LO QUE FIDEL ESCRIBE, SINO VERIFICAR SUS RESULTADOS LO QUE CUENTA, MANOLO


Manolo se embute a Fidel…

MANOLO Ciudad: RD

El recurso ténico de tomar solo la parte que nos interesa de unas declaraciones, ignorando complementos y contexto,si bien acortan el camino hacia la comprensión de las ideas más complejas, también incluyen el riesgo de simplificarlas o descontextualizarlas tanto que, aun sin ser ese el propósito, pueden terminar tergiversándolas y hasta transformarlas en su contrario.La entrevista de Golberg es magistral en ese sentido.Según la conveniencia, hay quien escogerá el reconocimiento de Fidel al holocausto, al sufrimiento histórico de la diáspora judía y la consecuente crítica a quienes pretenden negarlo. Otros preferirán sus reiteradas condenas a Israel y Estados Unidos.Pero, ¿por qué no leer directamente a Fidel?,en sus más de 300 reflexiones está su pensamiento claramente expuesto.Leyéndolo directamente se comprenderá que los conceptos del líder revolucionario están bien lejos de las antípodas que buscan ubicarlo en una tendencia contra otra.en una reunión de economistas latinoamericanos en junio de 1998,un delegado latinoamericano sugirió que se extendiera “el modelo cubano” y Fidel le respondió lo siguiente: “nosotros no podemos ser modelo para nadie, sencillamente porque no hemos podido hacer lo que queríamos, sino lo que podíamos…”y se extendió entonces preguntando si es posible hablar de modelo económico en un país sometido a bloqueo financiero y comercial por la economía más poderosa del planeta.El pueblo Cubano conoce tanto a Fidel que sabe lo que dice y lo que no dice, sin necesidad de aclaracion, conoce lo que piensa.

Pero yo no me trago un Caballo

AL AMIGO MANOLO. Seleccionar una parte de un discurso y centrar en ella la crítica no es un recurso técnico, es una opción. Castro, que padece de logorrea, discurre a más y menor sobre lo divino y lo humano. Hice particular alusión al lapsus linguae en que incurre, aunque él más bien lo califica de “manipulación mediática”. Jeffrey Goldberg, por su lado, reiteró que transcribió literalmente la expresión. Que no fue una interpretación. Se puede creer a Fidel o creer a Goldberg. Yo escojo creerle a Goldberg porque ningún periodista arriesgaría su renombre profesional y su carrera inventando una declaración no proferida. Y además tenía a la señora Sweig a su lado, que le asistía. De Fidel lo más interesante es contrastar sus bandazos ideológicos. Cuando habló de los irlandeses que fenecieron en una huelga de hambre los exaltó. Pero cuando el huelguista era cubano, cambió de ritmo. Ha sido uno de los sustentadores de la narcoguerrilla colombiana y al mismo tiempo escribe hipócritamente sobre “la paz en Colombia”. ¿El fracaso castrista se debe al bloqueo? En las mismas expresiones que citas se evidencia la causa de tal fracaso, la incompetencia, la ineptitud, la total inadecuación de Fidel Castro para la administración de un proceso. Al reseñar que él expresó: “no hemos podido hacer lo que queríamos, sino lo que podíamos”, Fidel da a entender que él carece de la más básica noción administrativa. ¿Quién puede hacer lo que quiere? ¡Nadie! Sólo se hace lo que se puede, pues los recursos son finitos. Ahora, cuando se colocan los recursos limitados en acciones no prioritarias, en caprichos o en abiertas locuras, se cosechan frustraciones. A Fidel no se le podía contradecir, porque la soberbia del Caballo es más inmensa que su propia humanidad, manganzona de por sí. Muchos pagaron con cárcel y otras vejaciones el tratar de impedir los disparates castristas. Ni Obama ni nadie hace “lo que quiere”, tiene que apañarse con lo que se puede. Con mucho menos recursos, sin la inyección de más de cinco mil millones de dólares cada año, en circunstancias precarias, Joaquín Balaguer, pese a sus desaciertos y culpas en la permisividad y la protección del terrorismo de Estado, acciones que manchan su nombre y le restan brillo a sus logros, hizo una portentosa obra de desarrollo que llenó al país de multifamiliares, avenidas, presas y otros aportes. El hecho de que el salario mínimo en República Dominicana esté extraordinariamente por encima del salario cubano, que es menos de un 10% de nuestro salario mínimo; que un pobre dominicano viva en condiciones extraordinariamente superiores a cualquier cubano; que goce de mayores oportunidades y tenga la posibilidad de promoción social que no tienen los cubanos; que aquí cualquier tenga un celular o acceso a la Internet, lo que no se le facilita a más del 95% de los cubanos, ¿no nos dice algo? Dar un golpe de Estado o imponerse en una guerra es una cosa; dirigir con eficiencia un país y conducirlo hacia niveles de progreso superiores, otra bien diferente. Cuando Fidel se negó a propiciar un modelo democrático, plural y abierto, y se aferró al poder en Cuba, determinó las consecuencias que hoy se cosechan. Cuba es una inmensa mentira. Si usted o cualquier incauto la visita, le harán un tour por las “aldeas Pudovkin” , montajes para engatusar crédulos. Aquel país destartalado y cayéndose a pedazos, donde la prostitución y los “servicios” informales han terminado por ser una tabla de salvación de muchos para no perecer de hambre, pues el abastecimiento es mínimo y el país, óigase bien, importa más del 80% de lo que consume, era en 1959 uno de los países más avanzados y prósperos de América Latina. Un libro de Zoé Valdez: “La ficción Fidel” aporta datos que avergüenzan y anonadan. Leer la cháchara interminable de Fidel es un ejercicio poco gratificante. Su práctica, no sus palabras, dicen quién es. Sus resultados, no sus intenciones, dicen para qué sirve. Sus crímenes, no sus falacias, son su verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario