¿Y entonces qué?
Ahora resulta que el gobierno ruso acaba de aceptar canjear a 4 espías occidentales por los 10 que les atrapó el FBI. ¿Entonces, qué? ¿Eran o no eran espías? ¿Fue verdad todo o el gobierno ruso se presta a un "montaje"? El odio a los norteamericanos, el descrédito del gobierno, la política, la cultura, el estilo de vida y todo lo que huela a norteamericano fue una tarea encomendada por Lenin y luego por Stalin a Willi Münzenberg y al aparato de propaganda que él articuló. Y la eficacia de ese aparato ha creado una cultura antinorteamericana que traspasa fronteras y abunda en los mismos Estados Unidos, sobre todo en grupos minoritarios, entre ellos hispanos. Lo extraño es que prefieren el corn flake y no las cartillas de racionamiento cubanas. Castristas newyorkinos, antiimperialistas que cobran en dólares: mal agradecidos, en suma. Siempre he vivido en mi país, pero el día en que me radique en otro, agradeceré la acogida y bendeciré su pueblo y su tierra. Es de bien nacidos, ser agradecidos. Los rusos, por lo menos, lo son: salen al rescate de sus agentes y los canjean. Sólo los que salieron en defensa de los espías quedan con la cara fea, pero ¿quién los manda?
No hay comentarios:
Publicar un comentario