sábado, 26 de abril de 2014

EL TUMBE MULTIMILLONARIO DE TELEXFREE ESTAFÓ A MÁS DE 150,000 DOMINICANOS

EL TUMBE MULTIMILLONARIO DE TELEXFREE ESTAFÓ A MÁS DE 150,000 DOMINICANOS CON DECENAS DE MILLONES DE PESOS

Por
Aquiles Julián

Los datos son escalofriantes. Más de 150,000 dominicanos eran "promotores" de Telexfree. Sólo uno de ellos, Pedro Taveras, tenía una "inversión" de US$430,000.00 dólares. Es decir, en metió en ese esquema piramidal RD$18,490,000.00.
Muchas personas hicieron préstamos bancarios para especular en la pirámide financiera. Otros vendieron propiedades para arriesgar su dinero en la estafa. Y hubo incluso quienes forzaron el ser despedidos de sus empleos para "invertir" sus liquidaciones en el fraude montado por Jim Merrill y Carlos Wanzeler.
Desde hace varios meses de forma pública advertí que aquel esquema Ponzi era una trampa para bobos.
Hoy la amarga y dura realidad es que son cientos de miles los dominicanos estafados. Peor aún, que el Estado dominicano no hizo nada para protegerlos de los aventureros de la estafa que pululan y buscan lucrar engañando a sus semejantes.

¿POR QUÉ LOS DOMINICANOS CAEN TAN FÁCIL?

Aquí, junto al analfabetismo empresarial y financiero, abunda un concepto mágico y parasitario de la vida.
Por un lado, desconocemos las leyes y reglas de los negocios y del dinero que implican el desarrollar inteligencias empresarial y financiera.
Por el otro creemos en "el palo", "la suerte", el que "somos predestinados" y que las cosas "nos lloverán del cielo", sin que las merezcamos o nos las ganemos.
Esa es una combinación explosiva. Ignorancia comercial y financiera sumada a conciencia mágica y parasitaria (recibir algo sin hacer nada por ganarlo, simplemente porque sí: un premio a la pasividad y la falta de esfuerzo sostenido), son el caldo de cultivo de todas las estafas y el público ideal para todos los timadores.
No es una condición exclusiva de los dominicanos, pero aquí abunda la gente que no ha sido entrenada y enseñada a pensar y discernir, que tiene una conciencia mágica y parasitaria ("que otro me resuelva") dominante, y que carece de formación en negocios y financiera.
De ahí que estos esquemas fraudulentos que prometen el "oro" sin aprendizaje, esfuerzo ni dedicación, caigan tan propicios a esa cultura parasitaria y conquiste tantos bobos.
Peor aún, algunos malos dominicanos han descubierto la minita de la estafa, ya que se han dado cuenta de que el Estado dominicano no ejerce ningún tipo de control ni fiscalización de esas pirámides financieras ni persigue a sus "promotores", por lo cual se han dedicado a la especulación fraudulenta y van de un esquema piramidal a otro, apostando a estafar al suficiente número de incautos vendiéndoles el "dinero fácil y rápido" que les permita recuperar y multiplicar su "inversión" antes de que el esquema caiga.
Muchos que estaban en Órgano Gold migraron a TelexFree y hoy están en otros esquemas piramidales, como el del Oro, Wings y otras vagabunderías por el estilo.
Se han convertido en artistas de la estafa de manera desvergonzada.
Viven de engañar y estafar a sus semejantes.

UN NEGOCIO LÍCITO ES SERVIR A TUS CLIENTES, NO ENGAÑARLOS

Todo negocio se sustenta en la creación, retención y desarrollo de una base de clientes. Sea un negocio en red de la Nueva Economía o un negocio de la Economía Tradicional.
Ambos modelos generan ingresos sólo de una manera: por intercambiar bienes y servicios, por comercializar.
La diferencia entre el modelo de la economía tradicional con el de la nueva economía (llamado también mercadeo en red, network marketing, multinivel, icomercio, etc.), es que en el modelo de la economía tradicional el empresario es quien hace la inversión mayor, monta la plataforma de servicio, asume el mayor riesgo, crea el sistema de comercialización y recluta personal (gerentes, supervisores y empleados) para servir a sus clientes. Por igual, cualquier expansión de su negocio particular le demanda ampliar su inversión, crear plataformas de servicio, reclutar más empleados, etc.
En un negocio de la nueva economía, el emprendedor se apalanca (utiliza en su provecho) una plataforma de negocio ya existente con la cual establece un contrato de afiliación, que le proporciona todo lo que requiere para operar su negocio (productos, registros mercantiles, patentes, marcas prestigiosas, etc., más un sistema de compensación que recompensa sus esfuerzos), y por igual un programa de capacitación y educación empresarial y financiera que lo forma como hombre o mujer de negocio. A eso se le suma un equipo de apoyo: personas interesadas y comprometidas con el éxito del emprendedor, que le asesoran y comparten experiencias y le apoyan en su desarrollo de clientes y asociados. En este modelo no se reclutan empleados, sino se comparte la oportunidad de desarrollar un negocio propio con su red de contactos: amigos, parientes, vecinos y conocidos, y esas personas reciben la misma oportunidad que su auspiciador y pueden desarrollarse más rápido y alcanzar mayores niveles de resultados que quien los introdujo al negocio. 
Es un modelo de bajísimo o ningún riesgo, pues las personas tienen 90 días (tres meses) para echar hacia atrás la afiliación y reciben el dinero invertido (que no llega a RD$8,000 pesos), los productos tienen una garantía de 180 días (seis meses) en que pueden ser devueltos y se les retorna el dinero a la persona, por lo cual no hay riesgo alguno de perder dinero ni afiliándose ni adquiriendo los productos y servicios; no hay cuotas ni obligación de comprar los productos y las personas son entrenadas y capacitadas en negocio, inteligencia emocional, inteligencia financiera, trabajo en equipo y otras competencias, destrezas y habilidades indispensables para crear un negocio sólido y rentable.
Y todo para servir a las personas, para ayudar a la gente a vivir mejores vidas, para agregar valor a las vidas de nuestros clientes, para cuidar y proteger el medioambiente.
Algo bien distinto de engañar maliciosamente a los demás

TODO NEGOCIO REQUIERE APRENDIZAJE

Los empresarios y comerciantes entrenan desde niños a sus hijos en los secretos de conducir un negocio y los exponen a las experiencias básicas de negocio, permitiéndoles incluso asumir riesgos calculados, funcionando ellos como mentores de negocios.
Necesitan prepararlos para asumir la conducción de sus negocios, para que los puedan desarrollar y continuar.
Es lo que han hecho todos los empresarios y comerciantes siempre, pues saben que si no lo hacen, la fortuna familiar se descalabrará.
Los que no tuvimos padres empresarios y comerciantes y queremos desarrollarnos como empresarios y comerciantes, tenemos que hacer ese aprendizaje por nuestra cuenta.
Por fortuna, los negocios legítimos de distribución en red cuentan con un programa de capacitación y entrenamiento práctico, con equipos de mentores probados y con resultados y con un sistema de compensación que nos permite ganar mientras aprendemos y califica nuestro aprendizaje y lo recompensa con un cheque.
Tenemos que aprender a contactar, a precalificar, a hacer rapport y crear sintonía con los demás, a obtener información y determinar áreas de oportunidad, a hacer presentaciones de negocio, a manejar objeciones, a hacer cierres y dar servicio post-venta; a crear y desarrollar clientes, lograr referencias y construir un negocio rentable.
Por igual, tenemos que aprender cómo crear una red de negocio, liderazgo, trabajo en equipo, habilidades de servicio, inteligencia emocional, resiliencia e inteligencia financiera, manejo del dinero y construcción de activos.
Y todo eso de forma práctica, con acciones concretas, con un plan discutido con nuestra línea de mentoría, aprendiendo a autodisciplinarnos. Aprendiendo a superar frustracciones, el rechazo, la crítica, el que los que menos esperábamos que lo hicieran nos nieguen su apoyo. Eso es parte importante de la formación de nuestro carácter y de la madurez.
De ahí que toda propuesta que se salte ese proceso, que nos prometa algún tipo de éxito o recompensa sin que tengamos que educarnos, aprender, formarnos como empresarios, no es más que una trampa. Si existiera algo semejante ¿no serían los comerciantes y empresarios los primeros que lo aprovecharían? Pregúntese cuántos Corripio, Lama, León, Grullón, Barletta, Perelló, Ramos, González Cuesta, etc., fueron estafados por TelexFree y demás pirámides financieras. ¡Ninguno! 
Y si ellos, que saben de negocios y tienen capital para invertir no buscan el "dinero fácil" de esa pirámide, porque saben que es una estafa ¿por qué usted cree que no se metieron en ese "negociazo"? ¡Porque sabían que era un tumbe! Así de sencillo.
Lo triste es que ya exista en el país una pandilla de estafadores dedicadas a aventurar en distintos esquemas fraudulentos y dedicadas a engañar y a estafar a sus semejantes, empezando por sus relaciones: parientes, vecinos, amigos y conocidos.
Esa pandilla va de un esquema a otro, actuando como si fuera una apuesta o una loto.
Y lo peor es que el Estado dominicano, la Justicia dominicana, la legislación dominicana, permiten que estos esquemas fraudulentos prosperen y esquilmen impunemente a los desprevenidos y fantasiosos dominicanos que caen atrapados por su codicia.
Hay que poner controles a ese abuso. A esa estafa. A ese fraude.

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