martes, 10 de julio de 2012

LAS COMPRAS ONLINE ¡QUIÉN PUEDE INTENTAR DETENER LA TENDENCIA?



LAS COMPRAS ONLINE ¿QUIÉN PUEDE INTENTAR DETENER LA TENDENCIA?
La noticia es clara: ya el 40% de las españolas hacen sus compras por la Internet.
Las tiendas y negocios dominicanos andan bien retrasados. Y muchos comerciantes quieren, torpemente, penalizar las compras por la Internet.
En vez de desarrollar opciones online de compra, ofertas atractivas, mejorar su calidad de servicio (que es paupérrimo; peor aún, insultante y abusivo), sus precios y sus opciones, quieren que Papá Estado les preserve lo que consideran su propiedad: los consumidores.
Pero los consumidores, usted, yo, aquel y el otro de al lado, somos como las mujeres del merengue, no somos de nadie.
Nos movemos hacia donde sentimos que se genera valor agregado relevante en nuestro beneficio.
El comerciante dominicano (y en esa categoría englobamos a todos los que comercian en el país, sean nacionales o extranjeros), tiene un concepto truhanesco de la relación comercial.
Una mentalidad de timo, de fraude y de tumbe.
Ven al consumidor, al cliente (de nuevo, usted, yo, aquel y el otro de al lado), como un incauto al que desplumar y del que abusar.
Y esa mentalidad retardataria y errónea se refleja en la altanería, grosería y maltrato que sus empleados propinan a los clientes, que son, estemos claros, los importantes, porque sin clientes ni comerciantes ni empleados irían a ninguna parte.
Un empresario amigo mío en una ocasión me compartió su idea del asunto: "Yo sé que los tratamos mal (a los clientes), pero cuando se marchan a otras tiendas y allá los tratan igual o peor, entonces esas experiencias hacen que olviden la nuestra y vuelven".
Y lo transcribo con punto y coma.
Yo quedé alarmado.
Toda una multimillonaria inversión puesta en riesgo a la espera de que la competencia trate igual o peor de mal a los clientes, para que retornen.
Las tiendas online se expanden.
Amazon.com es un ejemplo, el más exitoso o más renombrado de todos, pero no el único.
Ahora, que veo proliferar la construcción de grandes plazas comerciales, que multiplicarán la oferta sin que haya habido un incremento proporcional de la demanda, lo que reducirá el número de visitantes por tiendas y plazas, pienso: ¿alguien habrá pensado en que cada vez más se compra en este país por la Internet?
Ha habido atraso, por igual, de los bancos locales para facilitar transacciones online con tarjetas de crédito, un recurso indispensable.
Pero mayormente ha existido desidia y haraganería comerciales.
Las plazas comerciales, incluyendo las megaplazas, ni idea tienen de desarrollar programas de marketing de atracción y retención que propicien tráfico.
Uno se pregunta: ¿tantos millones de dólares invertidos sin entender que el sentido y propósito de toda acción comercial consiste en atraer, conquistar y retener clientes? ¿Se cree que bastan los anaqueles, las estanterías, el merchandising sin cuidar el activo más crítico con que cuenta un negocio, y que en nuestro país es un pasivo por lo general: el personal de atención al cliente (vendedores, personal de despacho, caja y mostrador)?
Vuelvo a las tiendas online. Ya en España un 40% de las damas prefieren comprar por la Internet.
Aquí los comerciantes están esperando que vengan y les coman los caramelos.
Luego, para decirlo en términos bíblicos, sólo se escuchará el rechinar y el crujir de dientes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario