LAS
CARRERAS DE MOTOR Y DE CARRO EN VÍAS PÚBLICAS, OTRA MUESTRA DE LA FALTA DE
AUTORIDAD
En la
Lincoln, en la Jacobo Majluta, en la República de Colombia, en Los Próceres, en
Moca y en Santiago y en muchísimos otros lugares, jovencitos desaprensivos,
sintiéndose apoyados por sus padres, hijos de funcionarios o altos militares o
empresarios, así como otros infelices, hijos de Machepa, se dan a la infeliz
tarea de hacer carreras de velocidad exponiendo al peligro a ciudadanos
inocentes.
Se
matan, se traumatizan, dañan la propiedad pública y privada.
Incluso
en la misma Autopista de Las Américas uno los encuentra. Y es algo público.
Usted
ve en gentío de esa masa semianalfabeta excitada por la esperanza de que
alguien se destroce y satisfacer las ansias de sangre y de tragedia, para tener
algo con que animar sus vidas rastreras.
El
semianalfabetismo nacional, una real plaga que nos consume, se une a la
inconsciencia, la ineptitud para pensar y razonar, algo que nos caracteriza.
Así que
nos lanzamos desenfrenados a emular películas como Rápidos y Furiosos,
ignorando que el cine es ficción y la vida no tiene replay.
Ya
existen casos de jovencitos clase media cuyas vidas fueron arrancadas por estos
Vin Diesel redividos.
Y los
daños a la propiedad pública y privada ¿quién los cubre?
Una
verdadera ola de desenfreno que se expande y, frente a la inercia pública de
las autoridades y frente a códigos inicuos y fomentadores del delito como el
llamado "Código del Menor" (en que se protegen tajalanes) y el Código
de Protección del Delincuente, coloca a los ciudadanos cumplidores de la ley en
desventaja y en minoría.
Parece
que esto se ha vuelto la ley de la selva.
Eso es
lo que explica fenómenos en nada deseables de linchamientos y otras muestras de
aplicar justicia por las propias manos.
Y si
son los propios hijos de los funcionarios que no funcionan, los que andan en
esas vagabunderías, contando conque sus papitos y mamitas los sacarán del lío,
como aquel hijo de un empresario que se saltó un semáforo en rojo en Naco y
mató a un joven, y su papaíto querido lo sacó del país y lo salvó de la cárcel,
¿qué ejemplo se le están dando a los demás?
Hace
unos días, yendo en horas de la tarde por la Av. República de Colombia hacia la
prolongación 27 de Febrero mi esposa y yo vimos una competencia entre un
tanquero de combustible y un camión.
El
conductor del tanquero maniobraba para impedirle al camión rebasarlo, hasta que
el camión en un momento aceleró, el conductor del tanquero movió la cola y le
cerró el paso, y el camión, para no chocarlo, se lanzó a la vía contraria y
pudo haber provocado tremendo accidente.
Gracias
a Dios, que no a esos dos patanes, no hubo desgracia alguna.
La ley,
las normas y reglas, son los recursos que ha inventado el hombre para poder
vivir en sociedad.
Si
renunciamos a la ley y a los procedimientos de conciliación y litigio que la
sociedad ha creado, sólo nos queda el acto de fuerza, la violencia, el abuso
grosero y la ley del más fuerte.
A eso
nos están conduciendo autoridades que no cumplen la tarea por las que reciben
un salario, funcionarios más dedicados a robar y a chantajear y lucrarse, que a
cumplir sus obligaciones, legisladores que en vez de representar a sus
comunidades esquilman el tesoro público y lo sangran y una sociedad embrutecida
que ignora las terribles consecuencias a las que se está exponiendo.
En
esto, por casualidad, ¿se hará lo que nunca se ha hecho?
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