FUE EL
GRANMA, NO EL NUEVO HERALD, EL QUE INFORMÓ SOBRE LA EPIDEMIA DE CÓLERA
El
trabajo de La Matraca Canalla, el aparato de desinformación, guerra
psicológica, difamación y rumores que mantiene el espionaje cubano en cada
país, dirigido desde sus embajadas y que organiza a tantos "idiotas
útiles" como los llamó Lenín (Wili Münzenberg, su creador, era más
indulgente: "Club de los inocentes", les llamó), logra muchas cosas.
Hasta
gente que no es castrófila o adicta al pensamiento marxano se pliega a sus
infamias y las reproduce.
¿En qué
es mentiroso El Nuevo Herald? Un periódico, en una sociedad abierta, como la
norteamericana o la dominicana, depende 100% de la credibilidad que les merezca
a sus lectores.
Esa
credibilidad es la que lo sostiene, pues sin lectores no habrá publicidad, ya
que los periódicos y los medios son canales por el cual los anunciantes se
ponen en contacto con una masa de prospectos. Sin alcanzar a una amplia masa de
lectores, el periódico desaparecería.
Pero,
además, la férrea competencia por lectores hace que cualquier pifia o falta sea
utilizada por sus competidores para sacarlo del mercado.
No
sucede así con un medio de propaganda de un país totalitario, que es sólo la
voz oficial de la claque que manda.
Ahí no
hay periodismo, ni prensa, ni nada semejante. Sólo propaganda.
Así que
si usted me pone en una balanza un periódico comercial de una sociedad abierta,
como El Nuevo Herald, y por el otro lado un pasquín vocero de una minoría
gobernante como en Granma, es obvio de cuál de los dos es más confiable y se
ajusta más a cierta ética de veracidad.
Con
todo, veo comentarios (y más de una vez los he leído), que hacen causa común
con la satanización del admirable y digno exilio cubano, que muestra la
profundidad del daño que ha propiciado La Matraca Canalla en muchas mentes
desprevenidas.
Resulta
que el Granma el que, ante la gravedad de la epidemia de cólera, ha tenido que
reconocerla.
Ahora,
recordemos, todo lo que el Granma diga siempre será mentira en más de un
sentido: se disminuirán los datos negativos o se ocultarán simple y llanamente,
y se dimensionarán y se exagerarán o se inventarán otros. Esa es la lógica del
totalitarismo, que usa la desinformación como arma de sometimiento y control
mental.
La
noticia de la epidemia de cólera en Manzanillo, Cuba, que ya ha cobrado varias
víctimas (cuyo número nunca se sabrá, porque lo ocultarán convenientemente),
aparece en El País y El Mundo, de España, en periódicos mexicanos y de otros
países. No sólo en El Nuevo Herald.
Y si
sólo hubiese aparecido en El Nuevo Herald, por denuncia de cubanos que viven en
la isla y las autoridades negaran el brote ¿eso lo haría mentira?
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