¿POR
QUÉ NO RECIBEN A LOS HAITIANOS?
El Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR, llama la
atención sobre el alto número de haitianos que están muriendo en alta mar, en
su desesperado intento por alcanzar las costas norteamericanas.
Melissa
Fleming denuncia que "todos los países que acogen haitianos están
devolviendo contingentes a Haití", pero se cuida bien de mencionar a los
Estados Unidos.
Eso es
lo que hace que nos quieran endilgar el problema.
Nosotros,
los dominicanos, hemos sido y seguimos siendo más que generosos con el pueblo
haitiano.
Y
acepto que buena parte de nuestra economía ya depende de la mano de obra
haitiana, pues esa fue una situación que se nos fue imponiendo ladinamente,
como hecho consumado.
Esa
inmigración hay que documentarla como extranjeros (no como dominicanos, como
también buscan imponernos) y garantizarles derechos y protección.
No es
decente, ni humano, ni inteligente ni moral permitir que su situación de
ilegalidad sea empleada para abusar de ellos, como sucede ahora.
Los
dominicanos no hemos invadido Haití.
No
hemos quitado presidentes.
No
hemos destruido ese Estado vecino.
Hemos
padecido las políticas erróneas y prepotentes que sobre Haití se han ejercido.
¿Por
qué no los acogen, los entrenan y capacitan y los apoyan para que sean
productivos y añadan valor?
Brasil,
que se había negado a recibirlos, decidió acoger a un grupo de haitianos que
permanecía en su frontera con Bolivia.
Los
haitianos merecen no discursos, ni cónclaves, ni más comisiones, ni MINUSTAH
que lleven el cólera: necesitan acciones reales de apoyo.
Recomiendo
que se le dé a la Haití el estatus de Nación más Favorecida, mismo que se le
dio a China.
Y se
den estímulos fiscales para que las grandes corporaciones multinacionales
instalen sus factorías en Haití.
Estados
Unidos les debe a los haitianos esas dos medidas.
Lo
invadieron varias veces en el siglo XX, las últimas para reponer a Aristide y
luego para quitarlo y exiliarlo, esa última en pleno siglo XXI.
Y su
engendro, la MINUSTAH, fue la responsable de traer a la isla el cólera que ha
matado mal contado a más de 7,000 haitianos.
Si han
sido responsables de tantos desaciertos y tantos males, que por lo menos hagan
algo bueno.
Los
haitianos no son menos entrenables y trabajadores que los campesinos chinos. Y
merecen ayuda real. No declaraciones. No poses. No comilonas a sus costillas.
¿Entendido,
Mr. Clinton?
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