martes, 30 de abril de 2013

EL LEGULEYISMO BARATO QUE TRAFICA EN FAVOR DEL TRUJILLISMO CON FALACIAS



EL LEGULEYISMO BARATO QUE TRAFICA EN FAVOR DEL TRUJILLISMO CON FALACIAS
Los Trujillo y sus cómplices, la mayoría de los cuales se quedaron viviendo en el país y ejerciendo posiciones públicas, tienen deudas que nunca pagaron con nuestro pueblo.
Deudas de sangre, por los miles de asesinados, desaparecidos, torturados y abusados durante 31 años cuyas secuelas todavía padecemos.
Deudas financieras por los cientos de millones de dólares robados a los dominicanos y que les ha permitido a los Trujillo vivir como príncipes.
Deudas serias con los dominicanos por los inmensos daños que hemos padecidos por la cultura fascista y totalitaria que nos inculcaron, por las tradiciones de depredación, abuso y arbitrariedad que nos inocularon, por las derivaciones de aquel período siniestro cuyas consecuencias todavía nos lastran.
Como al Clan Angelita se le acaban los cuartos robados al país, aquella pandilla de delincuentes (hay que conocer el historial criminal de esa familia en los Estados Unidos, que los tiene, con condenas incluso en la justicia norteamericana por fraude), diseñó un plan para, apoyándose en malos dominicanos, y aprovechando la frustración nacional por los malos gobiernos que han prolongado las prácticas trujillistas, en vez de instaurar prácticas democráticas, reinstalar la tiranía en el país.
Y aparecen quienes se prestan a hacerle coro.
Se engaña a la población pintando al trujillismo como un período de progreso, cuando en realidad fue de retroceso.
La Ley 5880 que prohibe a los trujillistas organizar un partido político (que buscan disfrazar de "fundación cultural") es uno de los escasos instrumentos jurídicos positivos con que cuenta el país.
Aquí los trujillistas escriben, fabulan, mienten y distorsionan sin que nadie se lo impida. Otra cosa es que se les permita lidiar como partido político y aprovecharse de la ignorancia y la carencia de valores cívicos en la población, algo que fue fomentado por el trujillismo y que ha sido continuado por los distintos gobiernos que prefieren masas ignaras y comprables, antes que educadas y conscientes de sus prerrogativas, para reinstalar en el país la dictadura con el Ramfito de segunda mano como mascarón de proa.
No está prohibida la libertad de expresión, sino de asociación de malhechores.
Primero que paguen sus deudas con el país.

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