lunes, 18 de marzo de 2013

LA PROSTITUCIÓN INFANTIL EN CUBA Y EL TURISMO PARA IR A "RETOZAR" CON MENORES. TAMBIÉN SUCEDE AQUÍ


LA PROSTITUCIÓN INFANTIL EN CUBA Y EL TURISMO PARA IR A "RETOZAR" CON MENORES. TAMBIÉN SUCEDE AQUÍ.
Los gobiernos de nuestros países, mientras hacen discursos estentóreos y demagógicos, nos venden por divisas y usan a nuestros pobres como carne de cañón, cuerpos para la lujuria o la depravación o la codicia de extranjeros dispuestos a pagar.
Toda la retórica seudorevolucionaria de la tiranía castrista se estrella contra la realidad de la prostitución infantil que asola aquella isla, espoleada por la miseria y la pobreza extremas que padece su población.
Los Castro se hacen de la vista gorda y personajes tan asqueantes como James McTurk, el pedófilo canadiense que acaba de ser enjuiciado por turismo sexual en Cuba, en Canadá, no en Cuba que lo permitía (con consciencia de ello, pues como Estado policial graban y controlan esas inconductas para luego chantajear con ellas), abundan.
Aquí mismo, dominicanos viajan a Cuba a turismo sexual por chilatas.
Y a nuestro país vienen a lo mismo.
Discursos altisonantes y prácticas nauseabundas. Palabrería huera y comercio humano.
Ahora veremos cómo justificarán al camarada McTurk, con su imagen del Che, víctima de la "justicia imperialista" por vivir según la consigna Hasta Los Menores Siempre!!

¿Al camarada James McTurk le montarán también su Comité Pro Libertad, le escribirán poemas, dedicarán actos y se hará recolección de firmas? ¿Lo declararán héroe socialista? ¿Dirán que es víctima de una conjura por su identificación con la revolución cubana? ¿O callarán?

Ahoritica McTurk se dispara con una arenga denunciando la moral imperialista y reivindicando el derecho al placer sexual de los menores de edad y su derecho a elegir a viejos verdes como él. A la vez, condenará la discriminación sexual por edad y reclamará el mismo trato que reciben figurones pedófilos, como el cineasta Polanski, que padece la misma proclividad.

En su momento denuncié la impunidad en el caso de Roman Polanski, quien sedujo a una menor con promesas de llevarla al estrellato y se fugó de los Estados Unidos. La pedofilia no es una enfermedad, es una elección conductual, una proclividad porque está vinculado, al igual que la violación, más al poder que al sexo. No es tanto placer sexual como el placer de sentirse al margen y por encima de toda norma de convivencia, de toda regla moral, y tener a su merced a otro ser humano sobre el cual se ejerce la lascivia y la depravación, sintiendo que está libre de castigo. Sólo hay una solución: hacerle sentir que la sociedad no tolerará esa conducta y penalizarla con rigor. No es "salvar" al pedófilo de su vicio, sino a sus víctimas de su aberración lo que realmente cuenta. Si no es se es capaz de convivir respetando los derechos, fueros y la integridad de los demás, entonces la sociedad tiene que apartar y aislar a la bestia, para protegerse a sí misma.

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