CÓMO NOS ATRACARON CON EL CUENTO DEL BANINTER, EXPLICA ROBERT KIYOSAKI:
"Los rescates que el gobierno realiza hoy en día representan el socialismo de los ricos. En muchos sentidos es peor que el marxismo o el comunismo, porque al menos estos sistemas tenían la ilusión de ser para el bienestar de la gente. Por lo menos pregonaban la redistribución del dinero de los ricos a los pobres, aunque no fuera así en la práctica. Nuestros rescates, por otra parte, toman dinero de los pobres en forma de impuestos y se lo dan a los ricos. Pero aquí no estoy acusando al presidente Obama: este atraco se ha repetido durante años. Los más acaudalados ya tienen el hábito de utilizar nuestro gobierno para robar a las clases media y pobre. Además, nos hemos acostumbrado a que se cobren impuestos a la gente productiva para premiar a flojos, retorcidos e incompetentes". La Conspiración de los Ricos, Pág. 105-106
El incompetente y desastroso gobierno de "Papá" penalizó a todos los dominicanos para protegerles sus dineros a los socios del Banínter, entre ellos a Guaroa Liranzo, tesorero del Banínter y, por ende, uno de sus principales accionistas, al que le devolvieron RD$500 millones de pesos con tal de que el Partido Reformista apoyará con la Alianza Rosada las aspiraciones reeleccionistas de Papá. Y nos puso a todos a pagar la cuaba de más de RD$66 mil millones de pesos. Y ahora quieren terminar de acabar con el país trayendo a aquel corrupto de nuevo. ¿Pero es que nos estamos volviendo locos? Esa acción se hizo en abierta y consciente violación de la Ley Monetaria y Financiera, como un acto arbitrario, inconstitucional y abusivo del entonces presidente, que se vanaglorió de ello. Un recio golpe a la economía de los dominicanos, en que todos nos endeudamos para facilitar su intención de reelegirse. Quiso Dios que esa catástrofe no nos sucediera. Esa acción se hizo en abierta y consciente violación de la Ley Monetaria y Financiera, como un acto arbitrario, inconstitucional y abusivo del entonces presidente, que se vanaglorió de ello. Un recio golpe a la economía de los dominicanos, en que todos nos endeudamos para facilitar su intención de reelegirse. Quiso Dios que esa catástrofe no nos sucediera.
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