LA
MARIHUANA DAÑA LA INTELIGENCIA Y EL CEREBRO.
ESO DICE LA CIENCIA.
¿ESTAMOS
CREANDO UNA GENERACIÓN DE SUBNORMALES?
Investigadores
del Instituto de Psiquiatría de Londres, de la Universidad de Duke, en Estados
Unidos, y de la universidad de Otago, en Nueva Zelanda, revelaron que un
estudio arrojó datos de "que los jóvenes que consumen marihuana al menos
una vez a la semana desde los 13 años ven una disminución de hasta ocho puntos
en su cociente intelectual a los 38 años."
Es
decir, quedan baldados de por vida en su inteligencia.
Tras 20
años de seguimiento, se pudo encontrar la triste verdad.
Significa,
entendámonos, que estamos creando una generación de subnormales, baldados
mentales, con deficiencias cerebrales que los colocan en desventaja frente a
otras personas con sus cerebros no dañados por las drogas.
Ya
antes se había alertado de que producía psicosis.
Conozco,
por experiencias cercanas de personas enviciadas, algunos de sus deletéreos
efectos.
Tras
una euforia ficticia, que procede de la estimulación psicotrópica, y no de la
realización del propio potencial, muchos quedan enganchado a los alcaloides.
He
visto cómo los que quedan adictos a la marihuana con el tiempo se hacen
mentalmente inestables, ineptos para ciertas funciones cerebrales, con lagunas
mentales y vueltos un lamentable fracaso.
También
los he visto migrar de la marihuana a otras drogas más potentes, buscando esa
euforia que cada vez se hace más huidiza a costa de su cerebro.
Sé, lo
admito, que la legalización de la marihuana ya se dispuso. Todo es asunto de
salvar la cara, cubrir formalidades, desmontar el andamiaje legal que la
reprime y construir una batería de justificaciones que respalden la decisión
tomada.
Hay
demasiado dinero detrás.
Demasiados
intereses de hincar el diente a los cuantiosos recursos que mueve el
narcotráfico.
Es una
decisión que viene de arriba.
¿Acaso
el poderoso grupo Time-Warner no lo patrocina? Eso lo dice todo.
¿Qué
harán los Estados con toda esa masa humana de subnormales, ineptos y volátiles,
que se incrementará con la legalización de las drogas?
¿Asumir
el costo social?
El
alcalde de Bogotá propuso que le Municipalidad les abra casas de darse la nota
y drogarse sin persecusión ni presión. Al revés, la policía velaría por los
tecatos.
¿Les
regalarían también la droga? ¿Se la venderían? ¿Se transformaría el Estado
colombiano en un narcotraficante legal?
En eso
mismo, con sus variables formales, anda Pepe Mujica en Uruguay.
Son la
avanzada de una corriente mundial que busca familiarizarnos con la idea de que
las drogas no representan mayores riesgos y conviene, "para acabar con el
narcotráfico", legalizarlas.
Dios
nos salve de sus propulsores.
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