CEBAR A
UN NIÑO Y PROVOCARLE OBESIDAD SERÁ CATALOGADO COMO ABUSO INFANTIL.
Las
consecuencias que se derivan del sobrepeso y la obesidad son malignas, sin
importar la edad.
Por
desgracia, la ignorancia nos hace creer que la "gordura" es sinónimo
de bienestar.
Así,
hay padres que ceban a sus bebés.
Los
atiborran de azúcar.
Los
acostumbran a llenarse de donas, papitas fritas, refrescos y dulces.
Los
envenenan y lo creen un chiste.
Dañan
la salud de sus hijos, les provocan gravísimas enfermedades y les acortan la
vida.
Les
dañan sus órganos.
Y los
afectan emocionalmente.
Algunos
padres llegan al extremo de decir que su problema de obesidad es genético,
cuando es un asunto de hábitos malos y cultura alimenticia tóxica.
La
gordura es sinónimo de enfermedad.
Si se
está en sobrepeso se está enfermo.
Y si se
está obeso, entonces es una enfermedad grave.
No hay
que esperar estar en cama, la agudización de la patología, para entender que
estamos enfermos.
La
obesidad daña órganos fundamentales: el hígado, el corazón y los riñones.
Eso es
lo que hoy en Londres, Inglaterra, se evalúa.
Los
padres que ceban a sus hijos y les provocan obesidad son abusadores.
Abusan
de sus hijos.
Les
dañan sus vidas.
En su
ignorancia supina los condenan a una vida llena de problemas.
Lamentablemente,
ese inconducta abunda localmente.
Lo
vemos diariamente en los locales de comida chatarra.
Un
millón y medio de obesos es para que nos alarmemos.
3.5
millones de hipertensos para que nos escandalicemos.
Tenemos
un país enfermo y nadie se da cuenta.
Al parecer
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