viernes, 3 de agosto de 2012

LA CONDUCCIÓN Y LA ATENCIÓN



EL 95% DEL TIEMPO DE CONDUCCIÓN LO HACE EL SUBCONSCIENTE. EL PROBLEMA ES OTRO: HACIA DÓNDE SE DIRIGE LA ATENCIÓN.
Un estudio de Audi sobre los riesgos de la conducción subconsciente pone sobre el tapete los problemas que se derivan de conducir en automático.
Pero es que no hay otra manera de conducir.
Ya George Miller, en su clásico The Magic Number Seven, explicó la limitada capacidad atencional humana, apenas 7 bits (+ -) de información. Eso es prácticamente demasiado poco con respecto al fárrago de estímulos que continuamente recibimos y que el cerebro tiene que discernir, valorar y procesar.
La conducción conciencia plena, atenta y reflexiva a lo que está sucediendo, siempre será escasa.
De hecho, la competencia inconsciente es eso, actuar sin tener que pensar o seleccionar la conducta, sino que se produzca de forma automática. Sería imposible conducir de otra manera.
El problema no es la conducción subconsciente. El problema es hacia dónde se orientan esas escasas unidades de atención, los 7 bits (+ -) de Miller.
Cuando estamos en estado de óptima salud, el 80% o más se orienta hacia los estímulos externos. Somos sensibles a toda la riqueza sensorial del mundo y tenemos una alta capacidad de reacción a imprevistos.
Pero en la medida en que el estado de bienestar se pierde y la salud se compromete, una parte de nuestra atención se orienta hacia adentro.
Y ahí sí hay peligros evidentes, porque fácilmente nos distraemos y nuestra capacidad de reacción se compromete.
Es el origen del descuido, que puede ser fatal.
Esto puede complicarse con otras situaciones agravantes: estrés, descanso insuficiente, fármacos, alcohol y narcóticos.
En mi opinión personal, se está enfocando todo de manera incorrecta. Es imposible sostener la atención consciente de forma voluntaria más allá de uno o dos minutos, sin que se produzca distracción.
Y el subconsciente es quien realmente toma el mando y conduce nuestra vida.
El asunto es si estamos en el estado de salud apropiado, el óptimo, con nuestros sentidos y atención orientados hacia afuera o si no, y una buena parte de nuestra atención se ocupa de nuestra precaria salud... O si la falta de sueño, el estrés y los vicios nos convierten en una bomba de tiempo para nosotros mismos o los demás.

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