EL 95%
DEL TIEMPO DE CONDUCCIÓN LO HACE EL SUBCONSCIENTE. EL PROBLEMA ES OTRO: HACIA
DÓNDE SE DIRIGE LA ATENCIÓN.
Un
estudio de Audi sobre los riesgos de la conducción subconsciente pone sobre el
tapete los problemas que se derivan de conducir en automático.
Pero es
que no hay otra manera de conducir.
Ya
George Miller, en su clásico The Magic Number Seven, explicó la limitada
capacidad atencional humana, apenas 7 bits (+ -) de información. Eso es
prácticamente demasiado poco con respecto al fárrago de estímulos que
continuamente recibimos y que el cerebro tiene que discernir, valorar y
procesar.
La
conducción conciencia plena, atenta y reflexiva a lo que está sucediendo,
siempre será escasa.
De
hecho, la competencia inconsciente es eso, actuar sin tener que pensar o
seleccionar la conducta, sino que se produzca de forma automática. Sería
imposible conducir de otra manera.
El
problema no es la conducción subconsciente. El problema es hacia dónde se
orientan esas escasas unidades de atención, los 7 bits (+ -) de Miller.
Cuando
estamos en estado de óptima salud, el 80% o más se orienta hacia los estímulos
externos. Somos sensibles a toda la riqueza sensorial del mundo y tenemos una
alta capacidad de reacción a imprevistos.
Pero en
la medida en que el estado de bienestar se pierde y la salud se compromete, una
parte de nuestra atención se orienta hacia adentro.
Y ahí
sí hay peligros evidentes, porque fácilmente nos distraemos y nuestra capacidad
de reacción se compromete.
Es el
origen del descuido, que puede ser fatal.
Esto
puede complicarse con otras situaciones agravantes: estrés, descanso
insuficiente, fármacos, alcohol y narcóticos.
En mi
opinión personal, se está enfocando todo de manera incorrecta. Es imposible
sostener la atención consciente de forma voluntaria más allá de uno o dos
minutos, sin que se produzca distracción.
Y el
subconsciente es quien realmente toma el mando y conduce nuestra vida.
El
asunto es si estamos en el estado de salud apropiado, el óptimo, con nuestros
sentidos y atención orientados hacia afuera o si no, y una buena parte de nuestra
atención se ocupa de nuestra precaria salud... O si la falta de sueño, el
estrés y los vicios nos convierten en una bomba de tiempo para nosotros mismos
o los demás.
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