martes, 21 de agosto de 2012

EL GRAN RENOVADOR DEL TEATRO DOMINICANO EN EL SIGLO XX NOS DEJA.



El gran renovador del teatro dominicano en el siglo XX nos deja.
Acabo de enterarme del fallecimiento de un grande: Rafael Villalona.
Él y Delta Soto, egresados del prestigioso Instituto del Arte de Moscú, de la escuela del gran Constantin Stanislavsky, el director y maestro de actuación ruso, creador de El Método, al regresar al país revolucionaron la enseñanza de la actuación y renovaron el teatro dominicano.
Toda una generación de actores debe a ellos su formación.
Crearon una institución, Nuevo Teatro, que se lanzó en una quijotesca cruzada por el buen teatro con muchísimo entusiasmo y poco o nada de apoyo.
Llegaron incluso a montar una sala de teatro en el sector Don Bosco, muestra de su compromiso total con el teatro y el arte.
Nuestro atraso, nuestra incuria, nuestra pobreza sepultaron todos esas iniciativas.
Fueron, además, servidores generosos del arte.
Abiertos a enseñar. Entusiasmados con estimular el talento.
De sus manos surgieron actores, directores y técnicos de la escena con una pasión por el arte y una autoexigencia y disciplina que ellos supieron instalar y estimular.
Tuve el honor de conocerlo y de tratarlo.
Sé de su profundo humanismo, de su calidad.
Igual de su impaciencia frente a la mediocridad y el facilismo.
Era exigente y demandante.
Porque se autoexigía y se demandaba a sí mismo.
Hoy me entero de su deceso.
Nadie, como él, dejó tan profunda impronta en nuestro teatro.
Nadie, como él, nos enseñó a amar el arte.
Fue un honor conocerlo.
Fue un honor ser su amigo.
Descansa en paz, querido profesor.

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