miércoles, 6 de octubre de 2010

CARLOS CASTRO ESTÁ DESAFIADO A PROBAR QUE "INVENTO" ¿O SERÁ ÉL EL QUE INVENTA? ADIVINA, ADIVINADOR, QUIÉN SERÁ...



Una impertinencia de Carlos Castro

Carlos Medina

para usuario

Aquiles, todos los antis son malos, ese antizquierdismo tuyo te lleva a los extremos. Tienes una especie de fobia a todo lo que huela a liberal. ¡De por Dios! como te inventas una cosa que solo tu puedes decir. No lees noticias internacional?

Cariño.

cc

Y mi desafío a que él pruebe que invento ¿Podrá?

Suelo pasarle algunas impertinencias a Carlos Castro por una combinación de tolerancia y misericordia. Yo fui peor de ahí, así que él representa en alguna forma la expiación de mis pecadillos de juventud.

Ahora bien, cuando ya hay acusaciones que cuestionan mi integridad personal y profesional, cuando se dicen disparates y se muestra una incapacidad rayana en estulticia para entender la realidad, entonces vale la pena, en mi opinión, salirle al paso y enmendarle la plana a Carlos y cualquier otro Castro o castrista por el estilo.

Según el email de Carlos Castro yo invento los datos que expongo sobre el supuesto golpe de Estado a Correa y no leo las noticias internacionales. Y esto, porque para Carlos Castro su lectura de noticias internacionales parece que no pasa de Cuba Debate, el Granma y otras fuentes “fidedignas”. Yo suelo preferir otras.

Puedo comenzar por contrastar la peregrina opinión de Carlos Castro con la de una ecuatoriana que recomienda mi artículo en estos términos: Veronica Quintana Andrade No podría pedir mejor redacción del nefasto jueves pasado, lo recomiendo, LÉANLO! No Correístas y sobre todo CORREÍSTAS!! (http://www.facebook.com/veronica.quintanaandrade). Eso opina una joven ecuatoriana, nacida en 1983, que reside en Guayaquil, Ecuador.

O sea, Carlos Castro, que tú, que vives en República Dominicana, dices que “invento” los datos y las conclusiones que expongo en mi artículo y una joven ecuatoriana, que recibe mi artículo vía Orejano Vive, que me reproduce desde Uruguay, lo coloca en su página de Facebook y lo recomienda diciendo que “no podría pedir mejor redacción del nefasto jueves pasado”. ¿No sacas nada en conclusión?

El email en sí es un dechado de disparatología que deja mal parada la inteligencia que le supongo a Carlos Castro. Para empezar, ¿quién dijo que “todos los anti son malos”? ¿En opinión de quién? Imagínense que eso haría que hasta la antitetánica sea mala. Es un juicio ligero, emitido sin pensar ni razonar. ¿Me podría citar o explicitar, Carlos Castro, quién o quiénes han establecido que “todos los anti son malos”? ¿Es un invento propio, de tu inspiración?

Anti es un simple prefijo que simplemente significa “opuesto a” lo que le sigue, y yo particularmente soy pro muchas cosas y, por igual, anti muchas cosas. Soy pro valores y estoy en contra de los antivalores. No soy indiferente, asumo posiciones, tomo partido en base a principios, creencias y valores personales, al margen de lo que piensen, quieran y asuman otras personas. Y si se tienen valores, creencias y principios se es pro algunas cosas y anti otras cosas.

Que mi “antiizquierdismo” me lleve “a los extremos” es otro contrasentido: más bien tu izquierdismo sí te lleva a los extremos. Yo soy antiextremista, como el Buda busco la senda del justo medio, el equilibrio.

Juzgar sin leer es poco sensato. Decir que tengo “una especie de fobia a todo lo que huela a liberal” es no siquiera utilizar de forma apropiada las palabras. Mantengo un rechazo activo (no fobia, rechazo activo, aunque puede que hasta me dé urticaria el asunto) al totalitarismo, al extremismo de cualquier signo. Eso me lleva a cuestionar y condenar el castrismo (o sea, Carlos, gorilismo militar totalitario: la única tiranía militar que todavía prevalece en América entera) y a sus tristes émulos: los Chávez, los Evo, los Correa, los Ortega y demás caudillitos neototalitarios que aspiran que reproducir en sus países el desastre de Fidel bajo la etiqueta de “Socialismo del siglo XXI”.

¿En qué estos regímenes neoautoritarios y neocastristas son “liberales”? ¡Por el contrario, son la antítesis del liberalismo! Yo soy liberal en mis concepciones, que provienen del inglés Locke, padre del liberalismo político. Así que es un disparate mayúsculo tildarme de que tengo fobia al liberalismo, cuando lo que tengo es rechazo activo al comunismo que todavía le derrite y mantiene embaucado.

La ignorancia política que te hace confundir comunismo con liberalismo y a un totalitario con un liberal es lo que te lleva a tantos juicios desacertados y lamentables.

Si el pensamiento marxano todavía goza de tu cariño y predilección, te lo respeto. No me pidas que lo comparta. Te recomiendo, Carlos, que hagas una terapia de desintoxicar tus fosas nasales, de forma que puedas distinguir el olor tolerante y progresista del liberalismo del tóxico y nauseabundo olor del totalitarismo. Uno es un exquisito perfume, el otro un fétido hedor.

Y ahora vamos al origen real de esta nota: “Cómo te inventas una cosa que sólo tú puedes decir”. La pregunta es, Carlos, ¿Qué inventé, según tú?

Mi artículo se apoya en una recopilación de fuentes de prensa que abarca más de 100 páginas copiadas, descargadas, contrastadas, que incluye los principales diarios ecuatorianos a los que acceso en su versión digital, así como de otros países, entre ellos, mis favoritos, los españoles El País, ABC y El Mundo.

Por igual, periódicos digitales 100%, blogs y otras fuentes. Por la lectura y el contraste de datos, y empleando ese recurso que es el pensamiento lógico junto al sentido común y mi experiencia personal, voy rearmando de una manera para mí explicable, lógica y llena de sentido un hecho y creando un juicio propio. No repito lo que nadie dijo, creo mi propia opinión, que puede coincidir o no con la de otros.

Es un proceso minucioso, arduo, lleno de trampas y vacíos, que requiere sensatez, criterio propio y discernimiento. La tendencia que prevalece es la de manipularle la opinión a las personas, informándole sólo una parte de los hechos, exagerando, tergiversando o simplemente, ahí sí, “inventando”.

¿No es acaso, Carlos, “invento” (y aquí sí me interesa evaluar qué capacidad tienes de discernir y pensar por cuenta propia) el hecho de que Hugo Chávez indique que “el golpe era financiado por los Estados Unidos”, Evo Morales diga que el “golpe se digiría a desestabilizar a los países del ALBA”, Héctor Timerman, el canciller argentino, declare que es un “golpismo cívico-mediático-militar” de “sectores monopólicos y empresas multinacionales” y Rafael Correa informe que no, que Obama ni el Departamento de Estado tienen que ver con el incidente y lo limite a los opositores partidarios de Lucio Gutiérrez, que por cierto andaba por Brasilia observando las elecciones brasileñas, lejos del Ecuador?

¿No es invento que Castro quiera buscarle al quinta pata al gato estableciendo una presunta relación entre uno de los coroneles detenidos y luego puestos en libertad y una agencia de formación de policías que opera según los castristas en El Salvador y por vía de la cual se fomentó el “golpe”?

¿Quién inventa, Carlos Castro? Porque, ahora sí, te reto personalmente a que muestre un solo dato de los que expuse en mi artículo que sea inventado. Y Toma en cuenta que hice una cronología de los hechos, cité desde el comienzo palabras del mismísimo Rafael Corra, a los médicos y a periodistas y personalidades, así que, si inventé, será fácil para ti demostrarlo.

Mi artículo, a diferencia de tu paupérrima opinión, indigna de ti en todos los sentidos, se fundamentó en más de 100 páginas y en una diversidad de fuentes. Y si desea, te las remito, porque suelo copiarlas en un dossier para mi referencia. Puedo incluso enmendarte la plana y decirte que leo más que tú la prensa internacional, porque como voy a opinar sobre un tema me documento al máximo antes de escribir la primera palabra.

Así que, Carlos, ahora el asunto es que si no pruebas que yo “inventé” algo tendrás que aceptar que aquí el que “inventa” eres tú: inventas acusaciones gratuitas.

Hace mucho tiempo acepté que exponer una opinión divergente, crítica, propia no era un concurso de popularidad. Dado el hecho de la carencia de intelectualidad en el país, por lo menos a nivel significativo, teniendo en cuenta el concepto de intelectual que, como Max Weber explicó, es aquel “que sirve a un poder ético y a la obligación de crear claridad y sentimiento de responsabilidad” en la ciudadanía, porque la búsqueda de un empleíto en el Estado o de no entrar en conflicto con un posible inquilino del Palacio Nacional nos hace obsecuentes y oportunistas, no participo de ningún clan o grupo. Mi amistad se sostiene sobre el respeto.

De modo, Carlos, que la incapacidad que predomina en nuestro país para pensar de forma crítica e independiente, para discernir y sopesar hechos, vincularlos y establecer causalidades, para construir un juicio propio lleno de sensatez y sabiduría, la conozco, la acepto y la tolero. Pero no la comparto. La jauría que se prosterna ante el castrismo (y el único castrismo del que participaría gustoso sería del carlos castrismo, pese a tus impertinencias), que es bocina y foete de La Matraca Canalla, que le hace el trabajo sucio a la Inteligencia cubana y sirve para calumniar, desinformar, engañar y construir falsas percepciones no me aguanta, pero es problema suyo.

Incapaces de pensar, ajenos a todo ejercicio de criterio, envilecidos y encenegados en sus miserias, nunca han pretendido ni osado debatir en el plano de las ideas. Se limitan a calumniar, resentidos, por lo bajo. Y algunos simplemente a no leerme. Les causo disonancia cognitiva, jejejeje.

Ahí tienes, Carlos, mi respuesta. Espero que me pruebes o demuestres mis “invenciones”. Ahora mismo, Rafael Correa ha tenido que extender el Estado de Emergencia para “inventar” (ahí sí hay invención de la buena ¿o de la mala?) “pruebas” de un complot que sólo ocurrió en su imaginación y del que sólo se dio cuenta pasada las doce del mediodía del jueves 30 de septiembre. Y ya las pamplinas de la reconciliación nacional buscan desviar la atención de los ecuatorianos de la explicitación del torpe comportamiento de su presidente y del disparate que provocó, incluyendo el poner en riesgo las vidas de más de 72 pacientes del Hospital Policial de Quito y provocar la muerte de varios policías y soldados caídos en la innecesaria refriega, para él tapar el abochornamiento que le habían propinado los gendarmes a los que fue a calmar atento a labia.

Como suelo hacer, publico mi respuesta con tu email en mi blog: http://elblogdeaquilesjulian.blogspot.com Y ahí mismo publicaré tu respuesta al desafío que te hice, si es que puedes probármelo, Carlos. ¿O en eso serás castrista?

Te devuelvo el mismísimo cariño,

Aquiles Julián

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