sábado, 23 de octubre de 2010

ANGELITA, SU ESPOSO E HIJO Y LOS DELITOS QUE LOS UNEN


Cuatro hechos que inculpan a Angelita Trujillo

Por Aquiles Julián

Ella es una mujer con unos principios morales inquebrantables y ojala todos tuvieran la oportunidad de conocerla para que se dieran cuenta de la gran persona que es.

Ramfis Domínguez Trujillo.

Es ingrato tener que desmentir la opinión que tiene un hijo sobre su madre. Pero si el hijo se llama Ramfis Domínguez Trujillo y la madre es Angelita Trujillo y si ambos, madre e hijo (padrasto incluido), buscan confundir, desinformar, deshonrar, ofender la memoria de los asesinados por su ascendiente, el delincuente que dirigió una asociación de malhechores que nos desgobernó por 31 años: Rafael L. Trujillo, a los deudos de los mismos, escandalizados por este último estertor del trujillismo, violentar nuestra leyes, que prohíben la promoción y el enaltecimiento del tirano y su régimen, y revolver todo el cieno de la Era infausta, entonces, pese a que no es grata, la tarea hay que acometerla so pena de que las jóvenes generaciones queden atrapadas en las calumnias, mentiras y fábulas que esta rama de los Trujillo quiere vendernos.

Lo cierto es que la madre tiene cuentas pendientes con la justicia dominicana y con la justicia humana, la justicia de los pueblos. Ha vivido disfrutando bienes robados al Estado y al pueblo dominicanos. Ya ahí mismo hay un hecho que la inculpa: disfruta de bienes robados. Que la complicidad de los gobiernos que hemos padecido, una clase política inmoral y cómplice que ha llegado al extremo de cortejar a Angelita y, como denunció un lector, agasajarla en la Base Aérea de San Isidro tocándole merengues trujillistas y bailando en su honor, lo que es una violación flagrante de nuestras leyes y de la constitución de la República que llama a los gobernantes a cumplir y hacer cumplir las leyes, que las insuficiencias de nuestra democracia, la cultura de impunidad y la permisividad hayan facilitado que Angelita, su esposo y familia se burlen de los dominicanos y gocen los dineros robados al Estado y al pueblo dominicanos, en nada significa que no sean culpables de ese hecho. Si eso es signo de “principios morales inquebrantables”, allá él que lo sostiene.

Añada a esto la incriminación que la familia Báez Díaz, que pagó caro con la muerte del héroe Miguel Ángel Báez Díaz, torturado y vejado con sevicia por Ramfis Trujillo, y su hijo el teniente Miguel Báez Perelló, martirizado simplemente por ser hijo del señor Báez Díaz, pues no tuvo nada que ver con el complot que nos libró del tirano, que acusan a la señora Trujillo Martínez de que, por despecho, dado su interés amoroso en el esposo de su amiga, la señora Pilar Báez de Awad, maniobró para inducir la muerte de la señora Báez de Awad, a la que tenía por rival, y luego, al no acceder el teniente Jean Awad a sus reclamos y “mandados”, lograr que se le “arreglara” un accidente, un expediente común mediante el cual el régimen se deshacía de opositores, desafectos y señalados.

Aunque el nieto del dictador se ufana al proclamar que Miguel Ángel Báez Díaz fue un “gran colaborador del Jefe”, tendría que explicarnos entonces la tortura y muerte tanto del héroe como de su hijo a manos del Servicio de Inteligencia Militar y de Ramfis Trujillo. Decir sólo parte de la verdad, callar el heroísmo del señor Báez Díaz por salvar a este país del tirano feroz y su familia, es manipular los hechos. Si al final de su vida de alguien fue Miguel Ángel Báez Díaz colaborador, fue de este pueblo y de su libertad. Y a la familia Báez tendremos los dominicanos que agradecerles eternamente el supremo sacrificio que pagaron para librarnos del monstruo.

Por más que quieran desligarse de estas acusaciones, las flagrantes contradicciones en que incurren, puestas de relieve por la hija de la pareja, la señora Pilar Awad Báez, quien ha contrastado la versión del nieto con la versión de la madre para evidenciar las discrepancias entre una y otra, debido a que improvisan e inventan sobre el terreno una versión aceptable del caso, lo cierto es que si, como el hijo señala: “…mi madre nunca tuvo ningún interés en el teniente Canaán”, la conducta de la madre deja mucha que desear ¿o no es cierto que se encaprichó con el esposo de una hija del general Mélido Marte Pichardo y lo mandó a buscar y hasta el sol de hoy? ¿No es indicador de que le interesaban los esposos de sus “amigas”? De nuevo, ¿esa conducta es señal de “principios morales inquebrantables”, señorito?

Un tercer hecho que la inculpa es el calumniar. Su libelo “Trujillo, mi padre, en mis memorias” incurre en el delito de difamación e injuria al acusar sin aportar prueba alguna a héroes y mártires del régimen de crímenes cuyos responsables se establecieron taxativamente mediante juicio público, oral y contradictorio a los sicarios que los llevaron a cabo, su autoría material e intelectual.

Las calumnias vertidas han provocado el sometimiento de la señora Trujillo de Domínguez a los tribunales dominicanos por parte de la Fundación “30 de Mayo”. Esperemos que la justicia dominicana, aún sea de manera tardía, actúe con nobleza e hidalguía y repare la falta que tiene pendiente con el pueblo dominicano, con el país.

Hay un cuarto delito: la adquisición de propiedades robadas al Estado dominicano. El Estado ha sido despojado de bienes y documentos, entre ellos films noticiosos robados de los archivos de la entonces Radio-Televisión Dominicana, hoy CERT-TV, así como de documentos sacados subrepticiamente e ilegalmente del Palacio Nacional y que hoy reposan en lo que el cómplice de dicho crimen, el señor Luis José Domínguez, desertor de las Fuerzas Armadas dominicanas, llama pomposamente “los archivos privados de Angelita”, y cuya función es pender como una Espada de Damocles sobre familias que fueron favorecidas por el régimen de Trujillo para que callen, concedan, permitan y cooperen. ¿No es el chantaje lo que permea la siguiente cita que extraemos de un artículo del señor Raifi Genao publicado en su blog “La venda transparente”:Dice Joseph Cáceres en su interesante artículo que importantes sectores de la sociedad dominicana temblarían si Angelita se decidiera a revelar algunos documentos que incluso ha enseñado a algunos amigos que la han visitado en diferentes ocasiones en la ciudad de Miami, muchos altares y santos se caerían, en caso de que a la hija de Trujillo le diera con hacer ciertas revelaciones.”?

Y en ese mismo artículo queda explícita la acusación que hacemos de adquisición de propiedades robadas al Estado dominicano. Así, aparece que en la residencia de la señora Trujillo de Domínguez están los “… originales de las fílmicas que recogían las principales noticias del país cuando en La Voz Dominicana se hacía el noticiario El Mundo al Día”, y como no hubo venta, traspaso o cesión del Estado dominicano de estos archivos a la susodicha señora, hemos de colegir que los adquirió ilícitamente, lo que la hace cómplice de robo o despojo al Estado. Y como evidencia del mismo ¿qué mejor que el DVD puesto a circular por la Fundación Rafael L. Trujillo? Todavía, décadas después, siguen riéndose del pueblo y del país.

En un artículo en que la emprendió contra mi persona, el señor Luis José Domínguez insertó una frase que no comenté y que me produjo risa: Por su forma de expresarse, la primera impresión que me da este señor, es que no fue educado durante la Era de Trujillo ya que las escuelas de entonces enseñaban rigurosamente “Urbanidad” y “Moral y Cívica” de Carreño. Mala publicidad para el señor Carreño y sus manuales. ¡Fíjense quien los recomienda! Si él fue el educado con dichos manuales y dieron tal resultado ¡Líbrenos Dios de que nuestros hijos aprendan a ser así de abyectos e inmorales!

Así que ahí tiene el señor Ramfis Domínguez Trujillo algo sobre lo cual verter sus energías y ese “arduo” proceso investigativo para esclarecer las verdades de la denominada Era de Trujillo”. Él es copartícipe de todos esos delitos, por complicidad, así que es también otro delincuente: Vive a expensas de dinero robado al pueblo dominicano; es cómplice de ocultamiento en el caso del crimen de los esposos Awad Báez y cómplice por igual del delito de difamación e injuria al amplificar las calumnias del libelo de su progenitora. Y por último, es igualmente cómplice del usufructo del material fílmico robado al país y empleado por la funesta Fundación Trujillo. Ah, y cómplice de violar la ley dominicana que prohíbe promover el trujillismo. Como escribió con envidiable acierto la señora Pilar Awad Báez: La verdad…de tal palo, tal astilla. Vil el abuelo, vil la madre, vil el hijo!”

4 comentarios:

  1. Y los bienes robados por ciertos "heroes" como la casa de Imbert Barreras y todos las companias del cual se apoderaron el y sus amigotes!! Y la matanza de Palma Sola por el mismo en los archivos de la CIA.

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  2. ¿Dónde, en qué parte, del libelo escrito por la señora Trujillo se señalan esos bienes robados? ¡Qué mejor oportunidad para exponer el expolio! ¡Qué los señale! Pero con pruebas, claro. Tiene que decir qué compañías el general Imbert y sus familiares, amigos y relacionados se cogieron. Y ahora también resulta que fue Imbert el responsable de la matanza de Palma Sola ¿en qué archivo de la CIA reposa esa información? ¿Se puede seguir mintiendo sin aportar una mínima prueba de sus afirmaciones? No tengo que defender a nadie, pues cada quien es responsable de su conducta, pero los dominicanos debemos al general Imbert Barrera el que se la jugó para librarnos del tirano. Eso no excusa una inconducta, pero esta hay que probarla. No basta con lanzar la calumnia...!

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  3. "Pilar Baez, la verdad siempre sale a la luz," y eso es algo indiscutible. Dios hara justicia, y ella misma dio el pie para eso, con sus mentiras y cinismo en un libro tan sucio y asqueroso.
    Tu amiga, Amarilis Pena

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  4. considero que la publicación de sus consideraciones merecen análisis e
    incluso hay que dar crédito a ciertas
    aseveraciones porque resultan coherentes
    y el brillo de la verdad es la coherencia
    y precisión, pero advierto como lector de
    su blog y como una persona que recibe sus
    publicaciones que no debemos dejar escurrir
    en nuestras opiniones tecnicas aspectos tan
    subjetivos que nos vinculen de forma tan directa.

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