A PROPÓSITO DE LA CHIKUNGUNYA ¿ES INTELIGENTE INTERFERIR CON LA RESPUESTA INMUNOLÓGICA EN VEZ DE FORTALECERLA?

A PROPÓSITO DE LA CHIKUNGUNYA ¿INTERFERIR CON LA RESPUESTA INMUNOLÓGICA EN VEZ DE FORTALECER NUESTRO SISTEMA INMUNOLÓGICO ES UN BUEN CONSEJO?

Por Aquiles Julián

Nuestro sistema inmunológico o como también le llamamos, nuestras defensas, abarca a un conjunto de órganos y procesos biológicos internos que nos protegen contra enfermedades matando organismos patógenos (virus, bacterias, hongos y levaduras), células infectadas y cancerosas.

La responsabilidad de nuestro sistema inmunológico es mantenernos vivos y saludables. Y gracias a él lo estamos.

Diariamente, en cada segundo, nuestro organismo es atacado por diversos agentes patógenos: virus, bacterias, hongos y levaduras, que intentan reproducirse en nosotros y nos pueden enfermar. Y diariamente, cada segundo, nuestro sistema de defensa inmunitaria los enfrenta y derrota.

Gracias  a esa labor estamos vivos.

Actualmente el país confronta una epidemia de fiebre artrítica Chikungunya, algo nuevo para los dominicanos.

Las condiciones vigentes en el país son propicias para la expansión de este azote.

Tenemos un deficiente sistema de alcantarillado pluvial y sanitario que sirve como criadero de mosquitos.

Por igual abundan los solares baldíos con basura que por igual sirven de criadero.

No hablemos de que las deficiencias de nuestros acueductos obligan a las familiasa acumular agua en distintos recipientes para las tareas y usos domésticos, lo cual por igual favorece la reproducción de larvas.

No hay una política gubernamental ni municipal de control de plagas que lleve a colocar larvicidas, a fumigar, a limpiar criaderos potenciales y a educar a la población.

Estamos llenos de cañadas insalubres que son criaderos de mosquitos.

Y la acumulación de basura cumple el mismo tristísimo papel.

Esa es la realidad sanitaria del país. Y lo ha sido durante toda su historia.

UNA ORIENTACIÓN POCO SENSATA

El principal problema de la epidemia de la fiebre Chikungunya es la proliferación de organismos debilitados, malnutridos, con las defensas bajas, indefensos frente a las peores manifestaciones de este virus.

Como humanos tenemos un aparato para lidiar con virus, nuestro sistema inmunológico, pero ese aparato requiere de los nutrientes adecuados para operar con éxito.

Nuestro sistema inmunológico lo integran principalmente los leucocitos (compuesto por linfocitos, anticuerpos, células T asesinas, macrófagos, neutrófilos, otros leucocitos, etc.)

Los órganos, tejidos y células de nuestro sistema inmunitario, tanto los primarios como los secundarios, están distribuidos en todo nuestro cuerpo.

El sistema innato, que provoca la respuesta innata inmunológica, se activa cuando los microbios son identificados por los receptores de reconocimiento de patrones que detectam componentes presentes en distintos microorganismos o cuando células afectadas, estresadas o dañadas emiten señales de alarma.

Nuestro sistema inmunitario consta de muchos tipos de proteínas, células, órganos y tejidos y parte de nuestra reacción inmunológica frente al ataque vírico o bacteriano producen  recursos humorales y químicos como las fiebres, la inflamación y las cascadas bioquímicas.

La fiebre, que es una elevación de la temperatura corporal por encima de 37,7° C es una respuesta inmunitaria de protección frente a la infección.

La fiebre es un recurso del sistema inmunológico para enfrentar la infección, porque aumenta y mejora la movilidad y la fagocitosis de los leucocitos, reduce los niveles de endotoxina, incrementa la proliferación de células T asesinas y mejora la actividad del interferón.

La inflamación, enrojecimiento e hinchazón, por igual, es una de las respuestas primarias a una infección. Es producida por citocinas y eicosanoides, liberadas por células infectadas o heridas.

Y tenemos la cascada bioquímica del sistema de complemento que ataca el exterior de las células extrañas, con más de 20 proteínas diferentes. Su capacidad para complementar la destrucción de patógenos comenzada por los anticuerpos es conocida y es el mayor componente humoral de la respuesta inmunitaria innata.

Si la fiebre, la inflamación y la cascada bioquímica del sistema de complemento son respuestas de nuestro sistema inmunitario a la infección ¿es inteligente atacar esa respuesta en vez de fortalecer la capacidad del organismo de vencer la infección?

Pues exactamente eso, que ataquen la respuesta inmunitaria del organismo, en vez de fortalecer la capacidad inmune del organismo es lo que están recomendando para enfrentar la infección del virus de la fiebre artrítica Chikungunya.

Y no me parece que sea una recomendación sensata.

¿PODEMOS HACER ALGO PARA ENFRENTAR LA CHIKUNGUNYA?

La Organización Mundial de la Salud, OMS, declara olímpicamente que: “No hay medicamentos específicos para tratar esta enfermedad. El tratamiento se dirige principalmente a aliviar los síntomas, incluyendo el dolor en las articulaciones. No existe una vacuna disponible para prevenir la infección por este virus.”

Eso es erróneo en su razonamiento de base.

Quien combate una enfermedad no es un medicamento, es el sistema inmunológico. El medicamento es un facilitador de la acción del sistema inmune, nunca un sustituto. De ahí que, frente a la Chikungunya, la acción más inteligente es fortalecer y potenciar nuestro sistema inmunológico para que enfrente el virus o reduzca sus peores efectos en caso de que el contagio prospere.

Esa es la educación que necesitan las personas.

El alivio de síntomas, de hecho, lo que hace es interferir en la respuesta inmunitaria del cuerpo. Los antipiréticos y otros fármacos bloquean e interfieren en lo que el sistema inmunológico hace para defenderse, lo que en el fondo es una ayuda al patógeno.

Será más cómodo y grato para uno, pero a costo de un mayor sufrimiento.

¿Cómo elevar nuestras defensas? Para empezar mejorando nuestra alimentación, eligiendo alimentos vivos, lo más orgánicos posibles. Reduciendo nuestra exposición a químicos tóxicos y agresivos (que componen la mayoría de los productos comerciales para el hogar, por cierto). Alejándonos de fuentes de polución y contaminación. Mejorando el nivel de la higiene personal y ambiental en el hogar y la oficina.

Por igual, suplementándonos con concentrados de plantas de origen orgánico que aprovechan los más de 60,000 principios activos que las plantas poseen, y complementan nuestra alimentación.

Vitaminas, minerales y fitonutrientes aportan los ingredientes claves que permiten al organismo elevar su resistencia a virus, bacterias, hongos y levaduras de forma exitosa.

Reducir el tratamiento de la infección a la ingesta de paracetamol o acetaminofén, pues se le conoce con ambos nombres, es concentrarse en los síntomas sin darle al cuerpo los nutrientes que con más urgencias necesita para defenderse del ataque vírico.

Limitarse a un fármaco que tiene función antipirética (pero sucede que la fiebre es una respuesta inmunológica sana del organismo frente a la infección) y calmante, es dejar sólo al organismo a que supere la infección sin ayuda alguna.

No es un enfoque muy inteligente que digamos.

Para prevenir la infección o para mitigar el daño que nos pueda propinar, para ambos casos, incluyendo prevenir una recaída, ya que el virus muta y puede volvernos a infectar, es sano fortalecer el organismo con suplementos nutricionales anti-virales, anti-inflamatorios y anti-alérgicos que fortalezcan la capacidad de respuesta frente al ataque vírico.

Si eso no lo entendemos, entonces nos exponemos  en exceso.

Y organismos debilitados, malnutridos, con defensas deprimidas, pueden colapsar, como ya ha comenzado a suceder, con víctimas lamentables.

¿Eso se entiende o no se entiende?