martes, 15 de febrero de 2011

EL HOYO DE LA LINCOLN Y SU PAPEL EN NUESTRA ECONOMÍA


El hoyo de la Lincoln y su papel en nuestra economía.

Por Aquiles Julián

Un homenaje a un símbolo patente de nuestra desidia, nuestra incompetencia y nuestra total irresponsabilidad gubernamental y municipal.

Durante varios años, prácticamente delante del local principal la Dirección General de Aduanas, DGA, en la avenida Abraham Lincoln, hay un hoyo que castiga al conductor desprevenido, ocasionándole no pocos desperfectos y pérdidas al vehículo que cae en él. La causa del hoyo es explicable: un desaprensivo, que cuenta con algún tipo de apoyo oficial o con el beneficio del desinterés oficial en castigar el robo de tapas del alcantarillado, hurtó la tapa metálica de uno de esos puntos de acceso a los sistemas soterrados y demás inframundos citadinos, posiblemente hecho por CODETEL o por Obras Públicas o por el Ayuntamiento, vaya uno a saber. Y desde entonces, quienes transitamos por necesidad más que otra cosa por la Lincoln, calle peligrosa si la hay, tenemos que vérnosla con el hoyo.

Que el agujero aquel tenga años y nadie, ninguna institución pública, ni el Ministerio de Obras Públicas ni el Ayuntamiento del Distrito Nacional, se den por aludidos, indica que el hoyo responde a una racionalidad que escapa al simple ciudadano. Presidentes, alcaldes, senadores, diputados, regidores, etc., se reeligen, e igual el hoyo permanece, indicando que nada cambia en lo esencial. Como aquí hay tantos genios y estrategas en las alturas palaciegas (y en todos los partidos), es evidente que aquel boquete sirve a propósitos más altos que los que se derivarían de la simple negligencia, la incompetencia y la irresponsabilidad. Escrutar esos sutiles designios es el objetivo expreso de este artículo, aunque no sé si mis limitados medios y mi pobre inteligencia alcancen para tanto. Como quiera, vamos a intentarlo.

¿Por qué afirmé, más que insinuar, que la tapa metálica fue robada “con algún tipo de apoyo oficial”? Porque en un país donde se atrapan a capos de droga como Rolando Florián Féliz, y se develan bandas de narcotráfico como la de Figueroa Agosto, ¿me va a decir usted que no van a descubrir y atrapar a las bandas de rateros que roban tapas de alcantarillado, desmontan cientos de pies de alambres, desmantelan verjas y se alzan con todo lo que tenga metal y nos han convertido en un país exportador de cobre sin que tengamos mina alguna, si no es porque cuentan con poderosos aliados que les cubren las espaldas y protegen a los cacos?

EL PAPEL SOCIAL DEL HOYO DE LA LINCOLN

Claro, también podemos deducir el contenido social de tales permisividades: Son padres de familia. El Estado está premiando y facilitando la iniciativa privada, el emprendimiento, aún sea moralmente cuestionable la forma en que se ganan la vida estos gandules. Supongo, dada la proliferación de partidarios de la ideología marxana que pululan en posiciones altas, medias y bajas del aparato gubernamental, que se justificará todo en base a que, en el fondo, están propiciando un proceso de “acumulación originaria”, se está, con un sentido de justicia social, expropiando a los expropiadores” y demás sandeces de la salmodia marxana tercermundista, y se nos dirá que el gobierno impulsa la capitalización de sectores tradicionalmente marginados. Ya sabemos que el pensamiento marxano sirve para explicar y justificar cualquier barbaridad. Y si se pueden justificar genocidios, rapiñas y dictaduras, ¿no serviría también para explicar formas menos cruentas de “recuperación” como las señaladas al comienzo?

En todo caso, para mí es claro que aquí lo que se permite es porque cuenta con apoyo implícito desde arriba y se corresponde con los intereses políticos de quienes mandan. Nada sucede si no se quiere que suceda. Este es un país chiquito, media isla. Donde quiera viven guardias, policías, calieses y compañeritos de la base. Y el dominicano es lo que más habla y cuenta. Todo se sabe. Así que, si uno no es capaz de percibir el fin de esa política, es por miopía. Si aquí quisieran agarrar a los robacables, a los que hurtan tapas del alcantarrillado, a los que andan comercializando metales robados, incluyendo (como he visto en más de un depósito), estantes metálicos de periódicos, verjas y otros artículos adquiridos con malas artes, sólo hay que ir desde los que exportan cobre sin que uno sepa de qué mina lo producen hacia atrás, incluyendo a los que tienen hornos para fundir metales, que no son tantos ni viven en los montes. Ya sabemos que algunos de tales “exportadores” y sus compinches fueron responsables de la sustracción de la espada de la estatua de Máximo Gómez y del busto de Diego Colón en la calle El Conde, al que sustituyeron por una copia en yeso (que, por cierto, allí ha quedado para vergüenza de todos).

DE LA ESPADA DE MÁXIMO GÓMEZ AL BUSTO DE DIEGO COLÓN

Que el pobre Generalísimo y Libertador de Cuba, el general Máximo Gómez, ahora cabalgue sin su espada, podría justificarse diciendo que con ello se promueve la no violencia, dado el alto índice de criminalidad que prevalece en la capital y el resto del país. Pero que la espada se la roben para fundirla y venderla como metal, y que nadie haya sido apresado por tal desaguisado es otra cosa. Esa es una manera de violencia. Lo mismo, el robo del busto hecho por el finado maestro Joaquín Priego, padre del caricaturista y diseñador gráfico Harold Priego, a quien admiro y quiero, y colocado en El Conde esquina Meriño. Allí el descascarado busto en yeso nos recuerda nuestra desventura. De momento se alzan con Colón, Anacaona y hasta con los cañones, escríbanlo.

No vayamos más lejos. La policía apresó a un ciudadano chino, Chi Keung Fung Wu, en cuyo negocio se encontraron partes de una estatua de bronce del general Gregorio Luperón que fue robada y vuelta chatarra, y un juez lo puso en libertad apoyándose en un tecnicismo legal. ¿Le retornarían los pedazos de la estatua? Lo más probable. Ahí tienen una clara demostración de nuestras aseveraciones.

Pero volvamos a nuestro hoyo, que allí sigue, impertérrito. Ahora que levantan en la esquina de la Lincoln con Kennedy la plaza Ágora y la vía se ha estrechado por dicha construcción, más vehículos dañan sus trenes delanteros y gomas debido a que caen en el hoyo, agravado por el caos que predomina en ese tramo, que empeora por la imprudencia, la agresividad y el desorden con que conducimos todos en el país.

EL HOYO Y LOS INGRESOS FISCALES

¡Ah, entra en función esa malicia que duerme en cada dominicano, pero el hoyo está frente a la Dirección General de Aduanas, y como sabemos, Aduanas recibe beneficios de las importaciones de vehículos, gomas y piezas de repuestos! ¿No será este hoyo un medio eficiente de favorecer más importaciones, habida cuenta de la voracidad fiscal de nuestro Estado, siempre ávido de meter la mano en el escuálido bolsillo de las clases medias, a las que tienen media arruinada? Es indiscutible que la DGA saca beneficio de reparaciones y recambios. Más importaciones de piezas significan un mayor monto de la factura aduanal, después de todo.

También podría argumentarse que el hoyo juega un papel de activador de la economía, porque talleres de repuestos, importadores, mecánicos, etc., suplen piezas y servicios a los infaustos dueños de los vehículos afectados, y como estos negocios pagan impuestos a la Dirección General de Impuestos Internos, DGII, ese hoyo cumple un papel valioso en favorecer que no se caigan las recaudaciones fiscales. De ahí a considerar que el agujero juega un papel patriótico sólo hay un paso. No nos extrañemos el día en que al mismo se le lleve alguna corona de flores, se le toque el himno, se le coloque una bandera y algún ministro se inspire en un frondoso discurso sobre la hoyeidad como estrategia de desarrollo, que aquí de cualquier vaina sacamos una teoría. Para eso somos buenos.

EL HOYO COMO ELEMENTO DISUASIVO PARA LOS ÉMULOS DE VAN DIESEL

Ahora bien, vayamos un poco más lejos. Es sabido que la avenida Abraham Lincoln, que ahora mismo es una de las vías más importantes de la ciudad capital, pues conecta con Los Próceres (la misma Lincoln pasada en dirección Sur-Norte la avenida John F. Kennedy), y con la avenida Gregorio Luperón (que es la misma Los Próceres pasada nuevamente esta vez en dirección Norte-Sur la Kennedy) , -también para dedicar una vía por parte a varias personas, provocando confusión, somos muy buenos-. Y es también sabido que los jóvenes clase media y media alta la han adoptado como su lugar de recreación y figureo.

Dado ese hecho, no pocos jovencitos, hijos de los nuevos ricos que han hecho sus dineros en todo tipo de negocios indebidos, esos que presumen de haberse encontrado la cueva de Alí Babá, que están pegados-pegados, van en vehículos costosos facilitados por sus padres, incluyendo marcas como Mercedes Benz, Ferrari, Porshe, BMW, Lamborghini, Corvette, etc., a echar carreras y a tratar de deslumbrar, con toda su testosterona revolteada, y a llamar la atención. Como sabemos, hubo incluso el caso de unos jovencitos de Alma Rosa que se pasearon desnudos por aquella vía buscando atraer sobre sí las miradas que sentían no se les brindaba. Y han sucedido en la zona accidentes aparatosos y lamentables, con pérdidas inútiles de vidas y bienes. También si mal no recuerdo, hubo un caso de chicas en actos lésbicos y otras conductas igual de escandalosas.

Tal vez ese hoyo es un disuasorio convenientemente permitido para desalentar a los alocados jovencitos que compiten corriendo desde la Roberto Pastoriza a la Kennedy o a la rotonda de la República de Colombia (aunque el tramo Kennedy – República de Colombia no es llamativo, pues ya no hay chicas a las que deslumbrar ni personas ante las cuales alardear), para que no muestren sus habilidades de Ayrton Senna en aquella vía. Sobre todo, cuando la policía dominicana no se atreve a marcharles a los ensorbecidos jovencitos, hijos de generales, jerarcas y funcionarios del gobierno que participan junto a los hijos de los desfalcadores del erario, contrabandistas, narcotraficantes y demás productores de riqueza al vapor en aquella ostentación de vehículos lujosos que se verifica en esa vía pública transformada en Circuito de Indianápolis por la parejería de los jóvenes dueños del país, pues se los comen vivos (a los agentes), los cancelan o, como hizo un coronel con una infeliz sargento, les pueden hacer propinar soberana golpiza.

¿Servirá el hoyo para disuadir de correr a alta velocidad a los prepotentes niñitos bien, hijos de los que tienen tanto que les sobra para despilfarrar en costosísimas marcas de vehículos para que sus cachorros guayen las gomas? Si esa es la intención, perdieron su tiempo. La idea no funcionó. Ahí siguen haciendo de las suyas estos sirveparanadas a los que sus papaítos queridos facilitan poderosísimos vehículos que harían palidecer de envidia a Van Diesel y que viven su propia versión de “The Fast and The Furious”. Tienen total impunidad para llevarse por delante al que sea, como lo hicieron con el hijo de Sandra Acta y con muchos otros infelices víctimas de estos salvajes motorizados.

EL HOYO COMO ESTRATEGIA CONTRA EL ALZHEIMER

Hay una indiscutible utilidad del hoyo en cuanto a estimular la memoria y la atención. Usted puede venir pensando en lo que sea, pero inmediatamente pasó la esquina previa a la Kennedy de inmediato el hoyo cobra vigencia y su atención se enfoca en él. Como en cierta ocasión se informó que especialistas de la Universidad de Columbia condujeron un estudio que “determinó” que los dominicanos teníamos 7 genes que producen la enfermedad de Alzheimer, el que publicaron en la revista “Nature Genetics”, ¿No responderá el hoyo a un estímulo adrede diseñado desde las preclaras instancias del Poder para activar la memoria y la atención de los sedentarios ciudadanos, y propiciar que dicho mal no avance?

Como escribí, la alta política, el fino pensamiento estratégico, la sutil inteligencia del liderazgo nacional remonta a tales niveles que muchas acciones que nos parecen disparatosas, erróneas, contraproducentes o simplemente estúpidas (como aquella de Hipólito Mejía, que firmó un decreto de cambio de horario en que las 7:00 a.m. eran lo que antes eran las 9:00 a.m. y a las 4:00 p.m. ya estaba oscuro), en realidad responden a decisiones de la más brillante sapiencia política, una que nuestro basto entendimiento no puede descifrar y comprender.

Podría, por ende, deberse a una sana iniciativa de salud pública, destinada a estimular la mente: la atención, la memoria, la concentración, etc., al igual que las habilidades motrices para sortear el obstáculo del hoyo al conducir y, a la vez, evitar colisionar con otro vehículo en una ciudad en que todos conducimos con muchísima agresividad, irresponsabilidad y falta de juicio, y retrasar si no es posible evitar del todo, el desarrollo del Alzheimer cuyos siete genes adquirimos con la nacionalidad, según los científicos de la Universidad de Columbia, EE.UU. Ahí la última palabra la tendría la división de Salud Mental de nuestro eficiente Ministerio de Salud Pública, cuyo manejo de la epidemia de cólera es de tal inteligencia que será tomado como modelo por todas las demás naciones del planeta que lo tendrán por paradigma a seguir.

EL HOYO COMO ESTIMULO A LA COMUNICACIÓN EN LA PAREJA

Ahora, de lo que no tengo duda alguna es de la utilidad del hoyo para propiciar la comunicación en la pareja. Desde que paso en mi vehículo la Gustavo Mejía Ricart, mi esposa empieza a alertarme que me recuerde del hoyo, y si por casualidad no le contesto, atento como voy a evitar que me choquen, que un motorista me raye, un camión se me tire encima y otras menudencias propias de la conducción en la capital dominicana, me demanda que le diga expresamente si la escuché o no, por lo que se propicia el diálogo entre la pareja. Y téngase en cuenta que el tema del diálogo ya no son las altas cuentas por pagar, el timo de la factura eléctrica, la imparable zozobra y la violencia, la delincuencia, los inesperados aumentos de precio y otros asuntos por el estilo, sino la realidad del hoyo que hay que evitar y las funestas consecuencias que se derivarían de caer en él, por su impacto siniestro en los menguados ingresos familiares.

Un último posible motivo se me ocurre: No será este hoyo un distractor colocado allí adrede para que, en vez de pensar en las alzas de los combustibles, que si suben, suben, y si bajan como quiera suben, porque el asunto es sacarle a uno hasta el último peso (ya no existe el chele: lo sustituyó el peso, un chele más grande), los aumentos en los precios de la canasta básica, la amenaza de “ajustes impositivos”, todo ese maremágnum de acciones para estrangular o llevar a la desesperación a la masoquista clase media dominicana, que es estafada con la factura eléctrica y por servicios públicos que el Estado no suministra, y que siempre vive al borde del colapso nervioso o del desastre financiero; ¿no será, repito, que el hoyo esté allí para que esa clase media que se desplaza por la vía se distraiga de todo lo que le sucede y amenaza por sucederle y sólo piense en el hoyo, hable del hoyo, se distraiga en el hoyo?

A estas alturas, como entenderán, se me ha fundido el cerebro. La imaginación cuelga los guantes. Mi magro talento se rinde. Me hundo en el burnout. Y sólo acierto a colocar un tema musical de Kinito Méndez, aquel que reza, precisamente: “Hay un hoyo, hay un hoyo….”

1 comentario:

  1. Felicidades Aquiles! un artículo sincero, ácido y directo, excelente!

    ResponderEliminar