Malentender la democracia puede abrir la puerta a su destrucción.
Rafael Bonilla Bailon Ciudad: Lawrence, Ma. | ||
La palabra DEMOCRACIA tiene diferentes definiciones, pero las mas socorridas son las siguientes: 1ro. Forma de gobierno en la que el poder politico es ejercido por los ciudadanos. 2do. Doctrina politica segun la cual la soberania reside en el pueblo, que ejerce el poder directamente o por medio de representantes. Tal como podemos apreciar la DEMOCRACIA no es excluyente. Tenemos entendido que en la Republica Dominicana, se ejerce a plenitud la democracia. Entonces, si vivimos en una democracia, porque hay que excluir a los ciudadanos trujillistas de promover sus actividades con la misma libertad con que otros ciudadanos promueven las suyas?. El trujillismo malo o bueno, fue una realidad que vivio el pueblo dominicano durante 31 anos. Eso no lo puede borrar nadie de nuestra historia. Yo no soy trujillista ni tengo razones para serlo. Sin embargo, reconozco el derecho que tienen los ciudadanos que simpatizan con esos ideales, a promoverlos publicamente sin que nadie los interfiera si con ello no violan las leyes vigentes. La libertad tiene que ser para todos, en igualdad de condiciones. El que quiera ser Boschista, que lo sea. El que quiera ser Balaguerista, que lo sea. Y, el que quiera ser Trujillista, que lo sea. "A NADIE SE LE DEBE CERRAR SU BOCA".
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Mi respuesta a las inquietudes del amigo Rafael Bonilla Bailón
El apreciado amigo Rafael Bonilla Bailón al exponer sus ideas pasa por encima un hecho capital: la ley. El escribe en su primer comentario “reconozco el derecho que tienen los ciudadanos que simpatizan con esos ideales, a promoverlos públicamente sin que nadie los interfiera si con ello no violan las leyes vigentes”. Pero es que, amigo Bonilla, ¡violan las leyes vigentes! La ley 58-80 de 1962 prohíbe la promoción y exaltación del trujillismo, por lo cual usted mismo ya ve que cualquier promoción pública de “esos ideales” (el ideal de destruir nuestra endeble democracia, el ideal de torturar, asesinar, desaparecer dominicanos, de atentar mediante terrorismo contra dominicanos y extranjeros, de despojar a las personas de sus bienes, de violar damas y de perpetuarse mediante el crimen y el abuso ¡vaya “ideales”, amigo Bonilla!), es ilegal según las leyes dominicanas, lo cual, de paso, fue sancionado por un tribunal en juicio público, oral y contradictorio.
Un concepto permisivo de la democracia es peligroso. Hay límites y hay exclusiones. En Europa está prohibido, por ejemplo, negar el holocausto. La sociedad dominicana, sus ciudadanos, se protegen de la pandilla de matones, ex –torturadores, ex –calieses, ex –esbirros y personas de baja ralea que añoran volver a un régimen dictatorial. Y la democracia si es excluyente de toda asociación cuyo propósito sea destruirla, esclavizar a los ciudadanos, imponer una tiranía.
Nadie niega la realidad del trujillismo, amigo Bonilla ¡Por el contrario! Precisamente, porque no la negamos, la rechazamos. Fue una dictadura terrorista que se impuso mediante la coacción, bandas terroristas como La 42 que tiroteaban y perseguían a los opositores, crímenes inmundos, como el del poeta Virgilio Martínez Reyna y su esposa embarazada, abusos, golpizas y el control que ejercía el delincuente Rafael L. Trujillo, con un prontuario de violador, cuatrero, secuestrador, chantajista y malhechor desde su infancia en la pandilla de los pepitos, y que el abuso de los invasores norteamericanos, que formaron una pandilla de delincuentes locales para perseguir, torturar, despojar, asesinar y aplastar la resistencia patriótica dominicana a la Primera Intervención Militar Norteamericana en 1916, permitió que empollara y luego la falta de carácter de Horacio Vásquez facilitó que engrosara su poder fatídico al grado de que luego se lo tragaría a él mismo.
Ese mismo país, Estados Unidos, ampara a criminales trujillistas con deudas de sangre que han vivido impunemente burlándose de la justicia por crímenes de lesa humanidad. Allí radican los asesinos de las hermanas Mirabal, que fueron excarcelados y sacados del país bajo la protección y complicidad de las tropas norteamericanas durante la Segunda Intervención Militar Norteamericana en 1965. Allí residen Angelita Trujillo y el desertor de las Fuerzas Armadas Luis José Domínguez, gozando los millones de pesos robados al patrimonio del país, sin trabajar, parasitando de los dineros esquilmados al pueblo dominicano. Y desde allí delinquen. Y conspiran contra el país. ¿Y eso es lo que usted pretende o recomienda que permitamos, amigo Bonilla?
¿Quiénes son estos personajes? La señora Trujillo ha sido públicamente denunciada como la autora intelectual de los crímenes de los esposos Awad Báez por la familia Báez, incluyendo a la hija que sobrevivió al matrimonio. Está enjuiciada por el delito de difamación e injuria en contra de la honra de héroes, mártires y víctimas de la tiranía de su padre, buscando exculpar al monstruo de sus más horripilantes asesinatos. Es, por lo mismo, cómplice en el delito de ocultamiento de crímenes. Tanto ella como su esposo, quien es igualmente delincuente como desertor de la Fuerza Aérea Dominicana, han incurrido en el delito de despojo de bienes y documentos al Estado dominicano, al adquirir ilegalmente films y videos, así como documentos, robados a la radiotelevisora oficial o sustraído dolosamente de los archivos del Palacio Nacional.
Y sobre todo, son usufructuarios de bienes robados al pueblo dominicano. Han vivido sin trabajar, como parásitos que han sido y son. Nunca han sabido ganarse el pan con el sudor de su frente. Y lo que pretenden es volver a las andadas a aprovechar la ignorancia y la escasa formación cívica nacional, para endosarnos al criminal del hijo e instaurar de nuevo la tiranía. ¿Y eso, amigo Bonilla Bailón, usted piensa que “por democracia” debemos permitirlo?
Usted pasa por alto algo importante. Aquí se mató a Trujillo y se desterró a su familia más cercana, pero no hubo destrujillización del país. Los trujillistas siguieron controlando el aparato del Estado: en las secretarías de Estado y organismos del gobierno, en las Fuerzas Armadas que sirvieron de sostén a la dictadura, en la policía nacional, en la judicatura… No hubo baño de sangre ni ajuste de cuentas porque los antitrujillistas tenían parientes, incluyendo muchas veces a los propios padres, que habían sido cómplices de Trujillo. Simplemente se dictó una ley, la 58-80, para protegernos de los planes de retornar y reimplantar la dictadura que los Trujillo siempre han acariciado.
Se sabe que Ramfis Trujillo planeaba en los años 1967-69 una conspiración militar para deponer al entonces presidente constitucional, Dr. Joaquín Balaguer, y retornar al país a imponernos una dictadura de tinte izquierdoso, tipo Velasco Alvarado o quizás Chávez, dado el enojo que tenía con los norteamericanos. Un accidente automovilístico, casual o provocado, eliminó esa amenaza.
Luego, sabemos que los núcleos internos, tanto en las fuerzas armadas dominicanas, que los hay, como en la cohorte de ex –servidores, lacayos y esbirros que fueron progresivamente retornando tras la vuelta al poder del Dr. Balaguer en 1966, inventaron animando a Radhamés Trujillo, el narcotraficante hijo menor de Chapita, a encabezar un proyecto político que volviera a imponer la dictadura. El Cártel de Cali, que lo mató, nos libró de esa segunda amenaza.
Y ahora, arremeten en un último estertor, mediante una alianza infame en que todo lo pútrido, todo lo malsano, todo lo infame se congrega en derredor de la senil “escritora” (cuyo talento es similar al de su madre, la fina intelectual María Martínez, autora de obras de tanta hondura como “Meditaciones Morales”, jejejeje), el desertor y vividor y el parásito del hijo, en un plan de aprovechar las frustraciones y carencias de formación nacionales para capitanear un intento de reinstalar la tiranía trujillista y crearnos una dinastía bastarda.
Y si el amigo Bonilla quiere más pruebas de que los Trujillo están fuera de la ley, la ley 5785 del 4 de enero de 1962 declara que, por cuanto “la cuantiosa fortuna acumulada por Rafael L. Trujillo Molina, muerto el 30 de mayo de 1961, así como la de sus familiares y afines, fue el resultado, en unos casos del abuso y en otros de la usurpación del Poder, para enriquecerse a sí mismo o a sus familiares, afines y allegados”, dispone en su artículo uno que "se confiscan y en consecuencia se declaran bienes nacionales, todos los bienes de cualquier naturaleza y dondequiera que estén situados, incluyendo créditos y acciones y obligaciones de cualquier compañía o corporación, nacional o extranjera, o de sus subsidiarias que pertenecían a Rafael L. Trujillo Molina y los pertenecientes a María Martínez Alba Vda. Trujillo, a sus hijos Rafael Leónidas Trujillo Martínez, Rhadamés Trujillo Martínez, María de los Ángeles Trujillo de León Estévez, Flor de Oro Trujillo, Odette Altagracia Julia Lourdes Mercedes Bienvenida Trujillo Ricardo, Yolanda Altagracia Trujillo Lovatón, Rafael José Ramón Trujillo Lovatón, Elsa Julia Trujillo Bermúdez y Bernarda Alejandrina Trujillo Pérez”.
Esa ley, vigente, no pudo por las debilidades inherentes a nuestra nación, la complicidad de Estados como el español, el suizo y el norteamericano, y los avatares de nuestra historia post-trujillista: golpe de estado, guerra de abril, gobierno del doctor Balaguer y posteriores, ejecutarse. Pero esa ley claramente muestra que Angelita Trujillo vive de bienes robados al pueblo dominicano.
Aquí residen, sin que nadie les molestes, hijos y descendientes del monstruo de San Cristóbal. Pero que no piense nadie, amigo Bonilla, que les vamos a permitir al petimetre, delincuente al igual que sus progenitores, venir a injuriar, difamar, engañar y apandillarse para darle una estocada mortal al precario Estado de derecho que hemos disfrutado los dominicanos gracias al heroico acto de los valientes del 30 de Mayo y de tantos que resistieron la tiranía y defendieron libertades democráticas para los dominicanos. Hay leyes que nos protegen e ilegalizan sus odiosas actividades. Y, si como usted bien escribe, “si no violan las leyes vigentes”, es porque violan las leyes vigentes, como la 58-80 y la 57-85, porque se han apropiado y usufructuado bienes robados a este país, viviendo parasitariamente de lo que no han sudado, por estar comprometidos en crímenes y por apañar y ocultar otros; por difamar e injuriar, por robar bienes y documentos del Estado como filmes, videos y documentos, y por intentar destruir nuestra limitada democracia, herencia del heroísmo de los ajusticiadores de Trujillo y de tantos que desde el mismísimo 1930 se le opusieron y perdieron la vida queriendo salvarnos del monstruo, es por todo eso, amigo Bonilla Bailón, por lo cual no podemos permitir que los ladrones, criminales, torturadores, calieses y terroristas, que no otra cosa son los llamados “trujillistas”, vuelvan a campear por sus fueros en el país.
Me uno a todo cuanto de forma excelente ha escrito el Sr. Aquiles Julián sobre los milveces malvados Trujillo. Pero ellos han ido desapareciendo, no obstante nos encontramos rodeados por todas partes por tales monstruos. Sólo hay que escucharlos por las calles, bares, y por distintos medios. Ellos aguardan con paciencia de buitres y hienas esa gran oportunidad para encaramarse al poder nuevamente. No lo permitamos. Tengamos cuidado defendiendo esta democracia de caricatura que tanto nos costó. Aún hay tiempo de destrujillar al país hqaciendo cumplir las leyes. No dejemos que nos degollen. !Aún hay Patria, carajo!
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