LA OFENSIVA PARA QUE LEGALICEN LAS DROGAS AHORA TAMBIÉN ACUSA A LA LUCHA ANTIDROGAS POR LA PROLIFERACIÓN DEL SIDA
Hay una ofensiva mundial para que se liberalice y se permita la producción, distribución y comercialización de estupefacientes.
Escritores e intelectuales, y también expresidentes como César Gaviria, de Colombia, Ernesto Zedillo, de México, Ricardo Lagos, de Chile, y Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, lo justifican, auspician y defienden.
Pasan por alto un hecho: que el enganche de víctimas se realiza en las escuelas, colegios, canchas deportivas y esquinas, y que se engancha a preadolescentes y adolescentes de 11 y 12 años.
El problema no son los ya enganchados, que constituyen un problema social y sanitario (pese a lo que teorizan explicándonos que el tabaco y el alcohol son peores y generan más conflictos y daños, como si uno justificara lo otro), el problema es que se estaría dando carta blanca a una intensificación del enganche y se expandiría aún más la proporción de la población que cae en el vicio.
Pero muchos razonan desde el punto de vista de poder exhibir su consumo sin inhibición, no les interesa el que otros caigan en lo mismo.
Las drogas sicotrópicas son y han sido un medio de control social permitido por lo bajo por los propios Estados. Un recurso político.
Fueron usadas y promovidas en los Estados Unidos como medio de desviar, amortiguar, corromper y desactivar el fuerte movimiento cuestionador que se produjo en la década del ´60 frente a la escalada militar en Viet-Nam.
Y también fueron empleadas militarmente para que las tropas norteamericanas pudieran soportar el estrés y los excesos y aberraciones en que se implicaron en aquella guerra: matanzas, torturas, masacres espantosas, abusos de todo tipo.
Aquí, en República Dominicana, fueron traídas e introducidas a través de las canchas de baloncesto en 1966 como parte de la política de contrainsurgencia, para desviar a los jóvenes del activismo político.
Luego, las izquierdas, que las adversaban, encontraron que era un medio de obtener recursos y subsistir, además de "golpear al imperialismo" enviciándoles y destruyéndoles a sus jóvenes.
De recurso de control social de "la derecha" pasó a herramienta de lucha de "la izquierda".
Y dieron origen a potentes hermandades criminales: los cárteles.
Los cárteles fueron permitidos y tolerados por los gobiernos. ¿Olvidamos que llegaron los capos, en Colombia, a ser electos en funciones públicas o a colocar ellos a los funcionarios?
Y recordemos que recibieron protección.
Y que suprimieron violentamente a quienes los denunciaban.
Colombia misma, por ejemplo, tuvo a una serie de periodistas, fiscales, personalidades que cayeron al denunciar y enfrentar este flagelo.
Y se tuvo también un presidente, Samper, a quien se le retiró el visado por su recibir apoyo del narcotráfico.
Ahora, la campaña por legalizar las drogas señala que el SIDA se expande a causa de la lucha contra las drogas.
Y de nuevo, utiliza el sambenito de que "se fracasó en la lucha contra el narcotráfico", lo que es una mentira.
Gracias a esa lucha, nuestras sociedades son mayoritariamente no adictas, salvo las minorías enviciadas.
Gracias a esa lucha hay una mayor conciencia del problema. Y, pese a todo, éxitos.
Cierto es que corrompen, compran, asesinan.
¿Vamos a considerar a Figueroa Agosto como un simple emprendedor, injustamente reprimido? Los crímenes de esa red ¿no existieron?
¿Debe México cambiar su política de cero tolerancia y colocar al "Chapo" Guzmán como ejemplo de iniciativa empresarial?
Ah, porque, entendámonos, si legalizan las drogas, serán esas redes ya constituidas las que seguirán su comercialización.
Algunos, no lo dudo, serán reclutados por las grandes Corporaciones internacionales que, de seguro, irán tras el pastel. La División de Narcotráfico de tal o cual gran Corporación.
No van a renunciar a enganchar a preadolescentes y adolescentes, porque nadie que llega a los 20 años sin beber o fumar, coge esos vicios después, salvo escasísimas excepciones.
Eso significa que nunca se podría desistir de luchar contra el narcotráfico, porque sería permitirles ir a corromper, destruir y encadenar a vicios abyectos a los niños incapaces de discernir las consecuencias de sus acciones.
Hay, sin dudas, un montaje orquestado para legalizar las drogas.
Supongo que, cuando se haga, se hará un homenaje local a Florián Féliz y un desagravio nacional a Quirino, presentándolos como honorables empresarios injustamente perseguidos por el Estado.
Y nos sorprenderemos (aunque no tanto) de la pléyade de tecatos que saldrán del closet, contándonos sus "travesuras".
Y de los funcionarios civiles y militares que montarán sus compañías de narcotráfico, a raíz de la legalización.
Yo, claro, seguiré en minoría, oponiéndome.
Y así moriré, pues, como dijo Esher: "Y si perezco, que perezca".
No pienso ir contra mis principios por caerle bien a nadie.
http://www.diariolibre.com/revista/2012/06/26/i341522_lucha-contra-droga-causado-una-pandemia-sida.html
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