BALAGUER
Y LA TRATA DE BLANCAS
El
artículo del Listín Diario de hoy miércoles 27 de junio que firma César Medina
es una clara acusación al expresidente Joaquín Balaguer de beneficiarse y
propiciar la trata de blancas.
El
artículo es en sí mismo una prueba de delito.
Balaguer,
ciertamente, ya murió. Eso no es obstáculo para que una de sus peores
inconductas, el fomentar y favorecer el “maipiolaje”, quede evidenciada.
Ciertamente,
es práctica vieja.
Trujillo
tenía basuras como “Moyita” que les buscaba mujeres. Y no era el único.
Y
muchos sacrificaron la honra de hijas y esposas tras beneficios y prebendas,
repitiendo el derecho de pernada medieval en provecho de aquel delincuente
mayor que era “Chapitas”.
Me
parece que las prácticas de maipiolaje se redujeron durante el Consejo de
Estado, el breve gobierno de Juan Bosch y durante el Triunvirato. Pero, cuando “los
trajes blancos” volvieron, en 1966, volvieron las viejas prácticas indignas. Y
maipiolos y maipiolas retornaron a sus viejos oficios.
Ginette
Bournigal, la esposa de Chío Jiménez Messón, me contó en 1998 que a ella le
ofrecieron intercambiar la gobernación de Puerto Plata por una de sus hijas
para satisfacer la lascivia de Balaguer.
Ella se
negó en redondo.
La
gobernación, entonces, recayó en otras manos.
Dos
hechos destacan en el artículo de César Medina.
Uno,
cuando escribe: “Al Palacio se las
llevaban de todos los colores, de todos los tamaños, de todas las razas, de
todas las nacionalidades. Y cuando ya viejo y ciego dejó de verlas, se las
narraban, se las describían, les hablaba, las tocaba enteras...”, lo que
indica que era propiciador y beneficiario de un sistema de trata de blancas,
intercambiando favores sexuales por prebendas del Estado, lo cual es también
otro delito pues el Estado, pese a que Balaguer siempre opinó lo contrario, no
era ni nunca fue de su propiedad.
El
segundo hecho es que aquel delito lo cometía, para mayor afrenta, en pleno
Palacio Nacional, al decir de César Medina que cita a R.A. Font Bernard, lo que
se refleja en el siguiente párrafo: “Ay...
si las paredes de ese Palacio Nacional hablaran...”, me dijo una vez en una
desenfadada entrevista de televisión su amigo y colaborador de 100 años, Ramón
Font Bernard.”
Que un
vejete mantenga un aparato de reclutarle y proporcionarle muchachas para
satisfacer su libidinosidad a cambio de favores otorgados con fondos públicos,
es nauseabundo.
Imagínenlo,
sintiéndose un trujillito más, gozándose las inmundicias a que Trujillo sometió
a muchas dominicanas. Eso lo retrata.
Tal
cuadro muestra los niveles de abyección y desvergüenza a que los dominicanos
hemos permitido que nos rebajen. Muchas veces, es oportuno decir, con nuestro
aplauso y nuestra aprobación.
¿Y qué
nos dicen los videos porno de Figueroa Agosto que se vendieron públicamente en
las esquinas dominicanas?
Balaguer
fue un padre degenerado e irresponsable. Un individuo lleno de dobleces,
tortuosidades y claroscuros. Que hizo cosas positivas, pero que, por igual, se implicó, fue cómplice, permitió y propició
aberraciones de todo tipo, incluyendo crímenes, abusos y expoliaciones.
Este
artículo es útil. De seguro no fue la intención de César Medina poner al
descubierto el papel de Balaguer en un tinglado de trata de blancas.
Ese
tipo de situación de tan común aparenta ser normal.
Niñas
son secuestradas en el Sur y aparecen esclavizadas en un prostíbulo de Santiago
o Puerto Plata.
Y se
sabe que hay altos militares y gente de poder en esas prácticas.
Hace
muchos años, en uno de esos gobiernos de Balaguer, un periodista de El Nacional
fue entregado por un compañero de oficio y recibió tal paliza que se fue para
nunca volver, simplemente por tocar el tema de los prostíbulos, que son sitios
en donde se viven situación de esclavitud todavía hoy.
No era
tal picaflor. Menos delicado o galante. Era un abusador.
Nunca
fue otra cosa.
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