LOS QUE FALSIFICAN MEDICAMENTOS INTENTAN ASESINAR PERSONAS
Nuevamente
encuentran "laboratorios" clandestinos dedicados a falsificar
medicamentos y a estafar a pacientes que dependen de ellos para su salud.
Es una
vieja práctica.
Moca
está llena de este tipo de basura.
Y ahora
encuentran varios de estos en Santiago.
Falsificar
un medicamento va más allá de una estafa.
Es un
atentado contra la vida de las personas que son engañadas para adquirir un
tollo en vez del fármaco por el que pagaron.
No es
una simple usurpación o un fraude contra los fabricantes legítimos.
Se
trata de destruir la salud y la vida de los que son abusados y estafados, pues
esas personas adquieren el producto convencidas de que están comprando las
marcas legítimas.
Ponen
su salud en peligro creyendo que se están medicando apropiadamente.
Es una
acción criminal y como tal tiene que ser penalizada.
La
falsificación de medicamentos es un relajo en el país, que abusa de la
permisividad de nuestras leyes, de un Código de Protección al Delincuente que
no hay forma alguna que se modifique, lo que convierte a senadores y diputados
en cómplices de la criminalidad existente en el país, y de la corrupción de
nuestra justicia en que todo se negocia.
El asunto
es grave.
¿Qué
intereses se mueven por debajo? ¿Quiénes apadrinan esa actividad dolosa? ¿Qué
complicidades sostienen esa estafa?
Es
evidente que si existen, es porque han desarrollado un mercado y cuentan con
una red que coloca esa porquería y trafica con ella.
No se
trata de marcas desconocidas, sino que copian la presentación y las marcas de
fármacos reconocidos, suplantándolos.
Para
acciones tan deleznables es que hay que endurecer los castigos.
Se
trata de intentos de asesinatos en masa.
De un
crimen contra la sociedad que hay que penalizar con todo el rigor.
Y que
hay que desmantelar incluyendo la red de padrinazgos y complicidades que la
facilita.
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