LA MUERTE DEL EMPLEO Y LOS NUEVOS PROFESIONALES
La
Organización Mundial del Trabajo, OIT, llama la atención sobre las altas tasas
de desempleo entre los jóvenes.
Se
trata de una situación que afecta a miles de nuevos profesionales, técnicos y
jóvenes que llegan a la edad de trabajo y no encuentran puesto.
La
tendencia es a que este fenómeno se acentúe.
¿Sus
orígenes?
1. Una
mayor estandarización y aplanamiento de las organizaciones
2. La
automatización
3. Las
tecnologías digitales y softwares que eliminan funciones y tareas
4. La
mecanización
5. La
migración de factorías e industrias a países de mano de obra barata
Nuestras
universidades preparan jóvenes para puestos de trabajo que no existen y
oportunidades que no les aparecerán nunca.
Si se
evalúan las carreras universitarias en nuestro país, Rep. Dominicana,
encontraremos que tienen muy poco o nada que ver con las demandas de trabajo de
nuestra industria o nuestro comercio.
Sólo en
la UASD hay más de 7,000 estudiantes de periodismo en un país donde los
periódicos han ido cerrando.
Y las
carreras liberales están repletas.
Miles
de estudiantes de Publicidad cuando las agencias publicitarias han ido
colapsando y están al borde de la quiebra por los cambios en los patrones de
exposición a medios de la población y la aparición de las centrales de medios.
Las universidades
operan como factorías de títulos, que evacúan periódicamente a cientos de
nuevos profesionales sin mayor formación, sin experiencia alguna, con
pretensiones o expectativas de remuneración y posición ajenas a su real
capacidad y que encuentran el rechazo y las puertas cerradas a sus intentos de
colocarse.
Y no
hablemos de la pésima calidad académica y las faltas garrafales de cultura y
nivel profesional de los nuevos titulados.
Tengo
amigas que estudiaron Medicina y me contaron que hubo materias en que nunca
vieron al profesor y sin embargo, pasaron.
De
hecho, muchas confiesan que es en su "pasantía" en que en verdad
aprenden los rudimentos de su profesión.
Y ya
saben cómo, experimentando con la salud de infelices.
Tienen
que asumir una impostura. Fingir que saben y probar suerte.
Esa es
la verdad, monda y lironda.
El
mecanismo absurdo y estúpido prosigue, sin que nadie le meta el pico.
Graduamos
frustrados, ineptos y seres para los cuales lo único que existe es la
desesperanza.
Una
tragedia social que tendrá terribles consecuencias.
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