martes, 4 de septiembre de 2012

LA MUERTE DEL EMPLEO Y LOS NUEVOS PROFESIONALES



LA MUERTE DEL EMPLEO Y LOS NUEVOS PROFESIONALES
La Organización Mundial del Trabajo, OIT, llama la atención sobre las altas tasas de desempleo entre los jóvenes.
Se trata de una situación que afecta a miles de nuevos profesionales, técnicos y jóvenes que llegan a la edad de trabajo y no encuentran puesto.
La tendencia es a que este fenómeno se acentúe.
¿Sus orígenes?
1. Una mayor estandarización y aplanamiento de las organizaciones
2. La automatización
3. Las tecnologías digitales y softwares que eliminan funciones y tareas
4. La mecanización
5. La migración de factorías e industrias a países de mano de obra barata
Nuestras universidades preparan jóvenes para puestos de trabajo que no existen y oportunidades que no les aparecerán nunca.
Si se evalúan las carreras universitarias en nuestro país, Rep. Dominicana, encontraremos que tienen muy poco o nada que ver con las demandas de trabajo de nuestra industria o nuestro comercio.
Sólo en la UASD hay más de 7,000 estudiantes de periodismo en un país donde los periódicos han ido cerrando.
Y las carreras liberales están repletas.
Miles de estudiantes de Publicidad cuando las agencias publicitarias han ido colapsando y están al borde de la quiebra por los cambios en los patrones de exposición a medios de la población y la aparición de las centrales de medios.
Las universidades operan como factorías de títulos, que evacúan periódicamente a cientos de nuevos profesionales sin mayor formación, sin experiencia alguna, con pretensiones o expectativas de remuneración y posición ajenas a su real capacidad y que encuentran el rechazo y las puertas cerradas a sus intentos de colocarse.
Y no hablemos de la pésima calidad académica y las faltas garrafales de cultura y nivel profesional de los nuevos titulados.
Tengo amigas que estudiaron Medicina y me contaron que hubo materias en que nunca vieron al profesor y sin embargo, pasaron.
De hecho, muchas confiesan que es en su "pasantía" en que en verdad aprenden los rudimentos de su profesión.
Y ya saben cómo, experimentando con la salud de infelices.
Tienen que asumir una impostura. Fingir que saben y probar suerte.
Esa es la verdad, monda y lironda.
El mecanismo absurdo y estúpido prosigue, sin que nadie le meta el pico.
Graduamos frustrados, ineptos y seres para los cuales lo único que existe es la desesperanza.
Una tragedia social que tendrá terribles consecuencias.

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