lunes, 18 de marzo de 2013

UN 12 DE MARZO AGENTES DE LA CIA Y LA POLICÍA DE NY SECUESTRARON A JESÚS DE GALÍNDEZ EN LA QUINTA AVENIDA Y SE LO TRAJERON A TRUJILLO DROGADO




UN 12 DE MARZO, COMO HOY, AGENTES DE LA CIA Y LA POLICÍA DE NY SECUESTRARON DE SU APARTAMENTO EN LA QUINTA AVENIDA A JESÚS DE GALÍNDEZ Y LO TRAJERON EL 13 DE MARZO DE 1956 A MONTECRISTI DONDE SE LO ENTREGARON A TRUJILLO.
He dedicado cuatro artículos a mostrar una hipótesis de trabajo a evaluar (no otra cosa se pueden hacer, no hay verdades definitivas en este como en muchísimos otros asuntos, la mayoría por cierto, sólo hipótesis plausibles), sobre cómo el llamado Caso Galíndez respondió a una situación específica de política exterior de EE.UU. en la cual Galíndez se convirtió en un estorbo.
Y cómo esa situación originó que se montara una conspiración para sacarlo de en medio.
Parte de esa conspiración era lograr que TODA LA RESPONSABILIDAD, y no sólo parte de ella, recayera sobre aquel fatuo dictadorzuelo engreído, al que le gustaba vestir de mamarracho y llenarse el pecho de medallitas, tan aficionado al oropel teatral, que fue Trujillo.
¿Trujillo mató a Galíndez? Sin dudas. ¿Fue quien lo secuestro? No. ¿Fue cómplice del secuestro? Sí, fue quien lo financió. ¿Lo hizo a espaldas del poder norteamericano? Claro que no, fueron ellos los que provocaron a Trujillo y lo animaron, los que facilitaron el proceso e hicieron otras inconductas peores, que barrió las vidas de varios norteamericanos en ese proceso.
Acusar sólo a Trujillo es prestarse a una infamia.
Hay que añadirle quiénes fueron los reales plagiadores de Galíndez, el por qué y entender que aquel ridículo generalete de horca y cuchillo no fue más que un instrumento ciego de un plan superior a su inteligencia y capacidad.
Murió creyendo que él había sido el real autor del secuestro. Una acción inútil que se lo llevó a él mismo de paro.
El 12 de marzo de 1956 comenzó el 30 de mayo de 1961. Es difícil que sin 12 de marzo hubiese existido 30 de mayo.
Tony Raful, mi amigo, todavía se queda con el cuento que nos hicieron creer.

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