MOVER EL CORPORE PARA MANTENER SANA LA MENS
La
frase latina Mens sana in corpore sano sigue confirmándose. Tal vez no la mens,
la mente, pero sí el cerebro.
El
cerebro y el cuerpo tienen una relación simbiótica. Uno influye sobre el otro y
viceversa.
Se han
hecho suficientes pruebas clínicas de la interacción cuerpo-mente.
Grupos
que sólo piensan un movimiento o una destreza física, otros que realizan el
movimiento o la rutina y un tercer grupo de control al evaluarlos han
demostrado que el solo pensar el movimiento o la rutina produjo cambios físicos
verificables próximos al alcanzado por el grupo que hizo la actividad física, y
significativamente superiores al grupo de control que ni pensó ni ejecutó la
acción.
Sabemos
por la kinesiología que podemos modificar el cerebro a través del movimiento
corporal.
Ahora
este artículo aparecido en The Wall Street Journal, edición en español, nos
advierte de la importancia de mover el cuerpo para proteger el cerebro.
El
cuerpo, sabemos, es movido por el cerebro.
Es
imposible mover el cuerpo sin el cerebro de forma autónoma.
Por
igual, es imposible que el cuerpo se mueva y no activemos el cerebro.
Si
queremos un cerebro más sano y más joven, ejercitemos el cuerpo.
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