sábado, 26 de abril de 2014

LA TELEXESTAFA DE TELEXFREE FUE MAYOR DE LO QUE UNO PUEDA IMAGINAR

LA TELEXESTAFA FUE MAYOR DE LO QUE UNO PUEDA IMAGINAR

Por Aquiles Julián

Mientras más datos se dan a conocer, más escandalosa se proyecta la estafa en que fueron enredadas decenas de miles de personas en nuestro país y más de 700,000 en todo el mundo.
Son casos tan dramáticos como este que reporta el periódico El Caribe: "Un ingeniero que había pedido su liquidación en una reconocida empresa de esta ciudad, invirtió 350 mil de sus prestaciones en el negocio. Hoy está desesperado pues no sabe cuándo lo recuperará."
Ya sabemos que nunca, pues el esquema Ponzi que manejó TelexFree consistía en que quienes animaron a ese ingeniero a meter, que no invertir, sus RD$350,000.00 pesos en ese fraude, lo hicieron maliciosamente para ellos beneficiarse, traspasándole al ingeniero el gancho en que previamente habían estos caídos.
Todos los "promotores" actuaron de mala fe, pues al darse cuenta de que sólo podían recuperar el dinero timado contribuyendo a ampliar el timo y facilitar que otros fueran estafados, participaron de la espiral de defraudación que despojó de su dinero a más de 150,000 dominicanos.
Si sólo en el 2013 TelexFree recaudó más de un billón de dólares por "afiliaciones", se trató de un timo que se permitió a ojos vista, porque era obvio que la seudoempresa, que sólo contaba con 7 empleados para atender a 700,000 "promotores" era un esquema fraudulento tipo Ponzi.
Sin embargo, las autoridades se hicieron de la vista gorda. Dejaron que el fraude ocurriera. Y en muchos casos, funcionarios del gobierno lo aprovecharon y se metieron tras el dinero fácil.
El asunto es que hay muchos "promotores" que son corresponsables y cómplices del fraude y tienen que responder por haber animado e incentivado a tantas personas, abusando de su relación, de la confianza que le tenía, de la amistad o la familiaridad, para que metieran su dinero en ese fraude.
Imaginen la cachaza de un dentista de pedirle a su paciente que vendiera su carro y metiera el dinero en esa pirámide, para él recuperar parte del dinero que otros les habían hecho perder.
Se perdió todo escrúpulo, toda decencia, todo valor.
Se participó a conciencia en muchos casos, y por total ausencia de juicio, codicia y analfabetismo financiero en una espiral fraudulenta que se tragó progresivamente millones de dólares y todavía en mayor cantidad millones de pesos de muchísimas personas que arriesgaron y perdieron su patrimonio.
Y buena parte de los que sí lucraron hoy andan de lo más campantes promoviendo otros esquemas fraudulentos como Wings, Wenyard, Goldex y otras trampas cazabobos para despojar de su dinero a los incautos.
La incapacidad de pensar y evaluar sensatamente una oportunidad de negocio, unida a la codicia y a la mentalidad mágica son las que explican cómo un ingeniero al que se le supone un cierto nivel de juicio y racionalidad pudo caer en la insensatez de participar de un timo obvio. Claro, como no nos forman en negocio, ese ingeniero ni idea tiene de cómo se produce y reproduce el dinero, que sólo puede existir a través de las transacciones e intercambios de bienes y servicios, de la comercialización.
De ahí que la Telexestafa, al no comercializar nada, sino fundamentarse en el reclutamiento de nuevas víctimas, acción en la que participaban acicateados por su interés en no perder al descubrir que habían caído en una trampa, los previamente engatusados, tuviera que desplomarse.
Peor aún, muchos "reinvirtieron" sus ganancias, con la esperanza de que el timo se sostuviera y así "ganar más" robándoles a sus relacionados.
Este fraude tiene muchas enseñanzas.
Muestra la escasa inteligencia de muchas personas.
Su codicia que los hace manipulables.
La cultura de dinero fácil y éxito al vapor que busca saltarse el proceso de aprendizaje y construcción de experiencia de negocios.
La falta de escrúpulos y carencia de valores que lleva a hacerse cómplice de un timo en perjuicio de familiares, amigos, vecinos y conocidos.
Y la total indefensión del ciudadano dominicano cuyas autoridades, dedicadas a lucrar de la política y depredar desde el Estado, no cumplen su rol y permiten que cualquier aventurero venga y robe impunemente los haberes y recursos tan duramente ganados.
Muy triste. Y muy aleccionador.


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