LA LÓGICA CRIMINAL DEL TERRORISMO AHORA ATACA EN BOSTON
El
terrorismo responde a una lógica maniquea de buenos y malos. Si no estás
conmigo, estás contra mí. De ahí que no hay inocentes.
Y como
está contra mí y cualquier medio es lícito, colocar bombas y asesinar a civiles
desprevenidos es una acción que se considera apropiada e incluso heroica.
Este
atentado cobarde a un maratón, actividad sana y de paz como pocas, es una
declaración de que los propiciadores del terror, de la fuerza bruta, del crimen
indiferenciado, no van a cejar en sus intentos de provocación.
El
presidente norteamericano, Barak Obama, respondió con mesura. No precipitarse.
No dejarse ganar por prejuicios. Investigar. Establecer responsabilidades. Y
perseguir y castigar a los perpetradores.
Me sumo
a esas palabras sensatas.
Ya
veremos a algunos justificar sesudamente y alegrarse en el fondo por aquella
sangre inocente.
Hay los
que celebran cualquier mal que pueda ocurrirles a los norteamericanos.
Para
ellos todo lo peor que les suceda está más que justificado.
Y sacan
enormes listas de agravios y culpas.
Espero
que me expliquen qué culpa y qué agravio tenían estos maratonistas y el público
que acudió a animar y apoyar ese evento.
En qué
guerra combatían.
A quién
ofendían o agredían con su ejercicio.
Vayan
mis condolencias a las víctimas y sus familias.
Y al
pueblo norteamericano, tal vez el pueblo y el país que, pese a sus errores y
faltas, más positivamente ha influido en el mundo.
El
terrorista es un enemigo de la humanidad y como tal tiene que ser juzgado y
condenado.
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