EL COLAPSO DE LAS FARC Y EL TRIUNFO DE LA DEMOCRACIA COLOMBIANA
El
"comandante" apodado "El Chopo" o también "Fabián
Brazo", el narcoguerrillero Pablo Antonio Ramírez Patiño, cabecilla del
llamado Frente 20 de las FARC acaba de rendirse y entregar sus armas al
ejército colombiano.
Sus
declaraciones muestran el colapso operativo de la narcoguerrilla, cuyos grupos
andan manga por hombro, como bandas de malhechores, totalmente desvinculadas
unas de otras.
La
política de enfrentamiento que desarrolló con éxito notorio el expresidente
Álvaro Uribe y que ha mantenido el actual mandatario colombiano, Juan Manuel
Santos, ha ido reduciendo la capacidad operativa de las FARC hasta
prácticamente desmantelarlas.
Para
salvar la cara, intentan "negociar" en La Habana, Cuba, su santuario
durante décadas. Pero en realidad han sido derrotadas militarmente. Y tiene
poco sentido hacerles concesiones a criminales con cuentas por cobrar
abundantes con la sociedad colombiana.
Las
FARC han sido un baldón para los colombianos.
Miles
de hombres, mujeres , jóvenes, niños, ancianos, civiles y militares,
funcionarios y simples campesinos, han sido victimados, torturados,
aterrorizados, secuestrados y abusados por las bandas de forajidos de las FARC.
Colombia
ha pagado una alta cuota de sangre. Pero a partir de la gestión brillante del
presidente Álvaro Uribe, la sociedad colombiana reaccionó y las FARC fueron
perdiendo terreno hasta llegar a este momento de abatimiento total.
En lo
que va del 2013 doce jefes militares se han entregado. Y por igual 1,458 guerrilleros
han rendido sus armas.
Importante
que la presión militar arrecie y los residuos de la otrora poderosa
organización opten por entregarse para no perecer.
Muerto
su exprotector, el señor Chávez, y derrotado militarmente y políticamente en
Colombia, que los odia, los narcoguerrilleros de las FARC se hunden en un
callejón sin salida, arrinconados por una democracia a la que fortalecieron, en
vez de destruir.
Porque
los colombianos jamás se dejaron confundir por aquel engendro.
Los
crímenes de las FARC han sido espeluznantes. Pretendieron bestializar y
provocar a la sociedad colombiana para que los peores demonios del corazón
humano se expresaran. Como contraparte, emergieron organizaciones paramilitares
para enfrentar el narcoterrorismo de las FARC violando las leyes y los derechos
humanos: exactamente lo que las FARC querían lograr. El pueblo colombiano pudo
sobreponerse a esa tentación, porque los "para" incurrieron en los
mismos excesos en muchos casos que criticaban de las FARC. Lo que se necesita
es apoyarse en las leyes, hacerlas más severas y contundentes, y ser implacable
en desmantelar esas organizaciones terroristas. Cuando la sociedad colombiana
lo entendió, bajo el liderazgo del presidente Uribe, la suerte de las FARC y
demás grupos terroristas y violentos fue sellada. Lo otro no era más que
cuestión de tiempo.
Las
FARC aplicaron el "modelo cubano" difundido por los Castro como vía
de asumir el poder: 1. Provocar mediante el terrorismo a la sociedad; 2. Lograr
una respuesta represiva severa de parte del Estado; 3. Conseguir que esa
reacción represiva esté contaminada de abusos, excesos, violaciones a los
derechos ciudadanos, etc.; 4. Denunciar esas violaciones (silenciando las
violaciones del terrorismo que las generaron); 5. Elevar el terrorismo a un
nivel insoportable para la población; 6. Darle un tinte romántico a los
terroristas (son los "muchachos", los "jóvenes", los
"idealistas", etc.); 7. Desarrollar aparatos terroristas urbanos y
guerrillas en las selvas; 8. Generar un estado de desasosiego, de inermidad, de
malestar, que provoque aceptación de la población o permisión a los planes de
los terroristas; 9. Mantener el acoso internacional al gobierno atacado,
presentándolo como el responsable del estado de terrorismo en que vive la
población; y 10. Infiltrar el aparato estatal para debilitarlo desde dentro.
Este modelo de provocar a los gobiernos y a las Fuerzas Armadas para escaladas
represivas se aplicó en toda América Latina. Fue la receta castrista país por
país. En todos fracasó. Sin embargo, las FARC han persistido en la solución
castrista. Hay que insistir en derrotarlas militarmente, en desmantelarla. La
"solución negociada" con la cual pretenden encubrir su fracaso es
dañina para Colombia y los colombianos.
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