martes, 30 de abril de 2013

EL COLAPSO DE LAS FARC Y EL TRIUNFO DE LA DEMOCRACIA COLOMBIANA



EL COLAPSO DE LAS FARC Y EL TRIUNFO DE LA DEMOCRACIA COLOMBIANA
El "comandante" apodado "El Chopo" o también "Fabián Brazo", el narcoguerrillero Pablo Antonio Ramírez Patiño, cabecilla del llamado Frente 20 de las FARC acaba de rendirse y entregar sus armas al ejército colombiano.
Sus declaraciones muestran el colapso operativo de la narcoguerrilla, cuyos grupos andan manga por hombro, como bandas de malhechores, totalmente desvinculadas unas de otras.
La política de enfrentamiento que desarrolló con éxito notorio el expresidente Álvaro Uribe y que ha mantenido el actual mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, ha ido reduciendo la capacidad operativa de las FARC hasta prácticamente desmantelarlas.
Para salvar la cara, intentan "negociar" en La Habana, Cuba, su santuario durante décadas. Pero en realidad han sido derrotadas militarmente. Y tiene poco sentido hacerles concesiones a criminales con cuentas por cobrar abundantes con la sociedad colombiana.
Las FARC han sido un baldón para los colombianos.
Miles de hombres, mujeres , jóvenes, niños, ancianos, civiles y militares, funcionarios y simples campesinos, han sido victimados, torturados, aterrorizados, secuestrados y abusados por las bandas de forajidos de las FARC.
Colombia ha pagado una alta cuota de sangre. Pero a partir de la gestión brillante del presidente Álvaro Uribe, la sociedad colombiana reaccionó y las FARC fueron perdiendo terreno hasta llegar a este momento de abatimiento total.
En lo que va del 2013 doce jefes militares se han entregado. Y por igual 1,458 guerrilleros han rendido sus armas.
Importante que la presión militar arrecie y los residuos de la otrora poderosa organización opten por entregarse para no perecer.
Muerto su exprotector, el señor Chávez, y derrotado militarmente y políticamente en Colombia, que los odia, los narcoguerrilleros de las FARC se hunden en un callejón sin salida, arrinconados por una democracia a la que fortalecieron, en vez de destruir.
Porque los colombianos jamás se dejaron confundir por aquel engendro.

Los crímenes de las FARC han sido espeluznantes. Pretendieron bestializar y provocar a la sociedad colombiana para que los peores demonios del corazón humano se expresaran. Como contraparte, emergieron organizaciones paramilitares para enfrentar el narcoterrorismo de las FARC violando las leyes y los derechos humanos: exactamente lo que las FARC querían lograr. El pueblo colombiano pudo sobreponerse a esa tentación, porque los "para" incurrieron en los mismos excesos en muchos casos que criticaban de las FARC. Lo que se necesita es apoyarse en las leyes, hacerlas más severas y contundentes, y ser implacable en desmantelar esas organizaciones terroristas. Cuando la sociedad colombiana lo entendió, bajo el liderazgo del presidente Uribe, la suerte de las FARC y demás grupos terroristas y violentos fue sellada. Lo otro no era más que cuestión de tiempo.

Las FARC aplicaron el "modelo cubano" difundido por los Castro como vía de asumir el poder: 1. Provocar mediante el terrorismo a la sociedad; 2. Lograr una respuesta represiva severa de parte del Estado; 3. Conseguir que esa reacción represiva esté contaminada de abusos, excesos, violaciones a los derechos ciudadanos, etc.; 4. Denunciar esas violaciones (silenciando las violaciones del terrorismo que las generaron); 5. Elevar el terrorismo a un nivel insoportable para la población; 6. Darle un tinte romántico a los terroristas (son los "muchachos", los "jóvenes", los "idealistas", etc.); 7. Desarrollar aparatos terroristas urbanos y guerrillas en las selvas; 8. Generar un estado de desasosiego, de inermidad, de malestar, que provoque aceptación de la población o permisión a los planes de los terroristas; 9. Mantener el acoso internacional al gobierno atacado, presentándolo como el responsable del estado de terrorismo en que vive la población; y 10. Infiltrar el aparato estatal para debilitarlo desde dentro. Este modelo de provocar a los gobiernos y a las Fuerzas Armadas para escaladas represivas se aplicó en toda América Latina. Fue la receta castrista país por país. En todos fracasó. Sin embargo, las FARC han persistido en la solución castrista. Hay que insistir en derrotarlas militarmente, en desmantelarla. La "solución negociada" con la cual pretenden encubrir su fracaso es dañina para Colombia y los colombianos.

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